Y hoy este mercenario espera su muerte, la valentía se va escapando con el último aliento que sale de mi cuerpo -pienso-, ¿esto es morir?. Noté el frío interior, los labios se endurecieron y mi boca se resecó; es hora de que un pobre diablo sin alma pacte su muerte, miré a mi ejecutor y le sonreí - ¿no te atreves, cobarde? -y él sin dudar clavó su cuchillo dejando escapar un grito sordo de mi cuerpo vacío.
Matices
Mas Diablos y endiablados en el Blog de Gus
Sin dudas, luego de haber firmado el siniestro pacto, lo peor llegará después de la muerte...
ResponderEliminarun abrazo.
Mal vendió su alma el sujeto, mal oficio, cobrar por matar ¿hasta cuándo? Hasta que le llegue el turno a él. Mal trato, mala vida, total para morir como cualquiera.
ResponderEliminarEspeluznante.
Besitos.
Un pacto malvado, pero escrito asi resulta hasta poetico, barroco, esta diabladamente bien escrito me gusta¡
ResponderEliminarsaludos
Muy bien. Al final parecemos robots sin alma ni sentimientos, no existe la humanidad.
ResponderEliminarUn abrazo
HOLA¡¡¡
ResponderEliminarme gusta mucho tu blog te pasas por el mio?¿
http://mundossobretinta.blogspot.com
te sigo¡¡
besos=)
Uiiissssss, me ha recorrido un escalofrio por la espalda mientras te leia. Ese desgranarse hasta quedar en la carcasa hueca, pago justo.
ResponderEliminarUn beso
Éste último momento me ha recordado mucho a una escena de la película "Salvar al soldado Ryan". Es espeluznante, sobre todo porque está maravillosamente descrito ese pacto y el terror de su pago.
ResponderEliminarUn abrazo
Hacía tiempo que estaba muerto y vacío...
ResponderEliminarImpresionante el relato y cómo lo cuentas
Un beso
Una vida sin sentimientos y una eternidad de castigo. Hay muchos que sin pactos tienen una existencia tan vacía como él.
ResponderEliminarUn beso.
Uff! Nieves, triste vida,hizo mal cuanto pudo y se le volvio del revés, Mal pacto, peor muerte.
ResponderEliminar125 palabras cosidas bellamente.
Un abrazo.
Espeluznántemente perfecto. Me he quedado con la boca seca. Lo has logrado. Aún tiemblo.
ResponderEliminarBesos.
Esas alianzas se pagan, a la larga o a la corta, y debo decirte que esa descripción que haces de un ser totalmente despojado de virtud y sentimiento, es verdaderamente escalofriante. Vale la pena vivir así?
ResponderEliminarMuy buen escrito, sobre todo porque en él bien expresas toda la frialdad de un ser sin alma.
Besos al vuelo:
Gaby*
Mal pacto hizo el hombre, una vida sin sentimientos ni emociones no merece la pena ser vivida.
ResponderEliminarPrecioso
Un beso
Mar
Un espeluznante relato y una mala vida la del protagonista, vió a tanta gente morir y ahora le toca su turno, así es la vida. Un beso.
ResponderEliminarAsi es, bien lo has descrito, cual titulo de tu blog, has expresado el matiz de todo pacto de este tipo, la pregunta que no se hace ¿como se termina el pacto? ¿cual es su final?.
ResponderEliminarDesgarradoramente crudo y real.
Un beso
en un símil taurino, te diría de que has salido a la arena a por todas, a puerta gayola, hala, a por todas, con contundencia y decisión: por que si no por qué comenzar con esa contundencia:"Me alié con el Diablo, en el trueque mi alma"?
ResponderEliminarpor otra parte, pese a la brevedad exigida, la niña nieves..lo he venido observando en algunos compañeros más, en pocos, eso sí...ha sido capaz de describir...
destaco, pues esos dos aspectos. el inicio rotundo y claro y el ser capaz de echar mano de la descripción pese a la exigencia de las 125 palabras...
medio beso.
Hace unos blogs escribí: el mejor relato de este jueves, pero creo que debo corregirlo y decir uno de los dos mejores relatos de este jueves.
ResponderEliminarImpecable, pero me pregunto, como creo que todos nos preguntamos ¿para qué?
Para ti, un abrazo.
Un mercenario no tiene alma, y ahora lo comprendo, tal vez es que se la han vendido al propio Diablo, si no, no se comprende tanta maldad.
ResponderEliminarUn abrazo :)
Me gusta tu estilo, la forma de contar, precisa, concisa, y bien estructurada.
ResponderEliminarEl final es genial.
No será la última vez que te visite.
Un saludo
Impresionante microrrelato de un pacto que marcó su vida. Después del primer muerto, los otros sólo fueron parte de una macabra rutina que fué dejándole las alforjas vacías por completo de contenido.Después el momento de sucumbir con su propia medicina, aunque ya había muerto mucho antes.
ResponderEliminarSencillamente precioso.
Lamento el retraso, pero he estado en la playita.
Un abrazo.