Tras la transacción económica Elena se quedó sola en aquella habitación fría y lúgubre de motel de carretera. El sobre que a cambio había recibido quedó sobre la cama. En aquel escenario imperfecto y decadente buscó el momento para descubrir lo que este contenía. Se sentó en la silla, y lo abrió. En la mesa una copa de Borgoña a medio llenar. Cruzó sus piernas, humedeció sus labios con el rojo de aquel vino y observó con atención el amplio reportaje de instantáneas. Allí estaba, ante sus ojos. Se sonrió y con cierta satisfacción leyó la primera línea del informe que acompañaba aquellas fotos...
"El investigado, hombre, blanco de
unos cuarenta años, complexión robusta, bien parecido. Con trabajo estable y horarios marcados. Se casará en breve con su novia, Adriana con la que lleva años de relación. Aún así mantiene una doble relación con..."
Su novia- se dijo, aquellas palabras dolieron. Ansiaba tanto hacer realidad sus planes que no dudó y marcó en el teléfono el número de ella...
Hola, Adriana, no nos conocemos, tengo un
material sobre tu futuro marido que te puede interesar...- El silencio se hizo entre ellas una vez le facilitó
el apartado de correos donde podría recoger la información. La despedida entre ambas fue seca, al otro lado de la línea fue palpable
la intranquilidad de la destinataria.
Una vez Elena colgó , dijo las
palabras mágicas..."Serás sólo mio". Pintó su sonrisa de placer
en carmín ante el espejo, testigo mudo de su venganza. Llenó otra copa de vino. Era la
hora, pronto llegaría él a su compromiso ineludible con ella, siempre el mismo
día, a la misma hora desde hace siete años. Recogió el contenido de aquel informe no sin antes regalarle un beso marcado en aquella foto donde aparecía ella junto a, nunca mejor
dicho, el futuro ex novio de Adriana.
Dos golpes de nudillos en la puerta y el susurro de su nombre, la alertan. Cerró el sobre, lo metió en su bolso y se recompuso. Pronto dejaría de ser la otra...
Dos golpes de nudillos en la puerta y el susurro de su nombre, la alertan. Cerró el sobre, lo metió en su bolso y se recompuso. Pronto dejaría de ser la otra...