viernes, 31 de diciembre de 2010

De "mañanas" y deseos...




Y llego el fin del año 2010, ese que empezó igual que termina, dándole el testigo al nuevo que entra... supongo , que muchos tomaran mañana las uvas pidiendo que este sea mejor que él que se va, otros pedirán quedarse como están... Y yo?

Es el único día del año que se abre el mercado de los deseos y las esperanzas...
 

Observar...El cielo azul, despejado con sus azules limpios.
Respirar...El mar rompiendo las olas en esa playa desierta.
Viajar... La luna y las estrellas, marcándonos un viaje estelar "a quien sabe donde".
Vida... Por poder ver renacer lo que antes murío, en sus tonos cambiantes, en estaciones
Amar... Por los sueños, que nos hacen sentir.
Retornar...Por ese pájaro que migra y vuelve todos los años.

Y ante todo...

Libertad...para poder observar, respirar, viajar, amar, retornar y vivir.

En el 2011, me conformo con los matices que nos ofrece la vida.

Al 2010, puedo darle las gracias, por estos últimos meses que he compartido con tanta "güena gente" y  por descubrir un nuevo sentido para la palabra "amistad".  A Neogeminis (mi espíritu de la navidad), Javier y Javiblue, que me apoyaron incondicionalmente en mis principios y siguen ahí.

Y a todos los jueveros, por su cariñosa acogida, una vez me decidí a participar... "sois tantos y me ofrecéis  mas", a Cas, Mª José, Medea, gustavo, Pepe, San, Inma Brujis, Pepi, Jose Ramón, Mary, Rosa Desastre, Manuel, Gaston, Rob, Fibbonaci y tantos mas, que pasan por aquí anonimamente y que yo visito...

Mis mejores deseos para todos, en el volver a empezar, que disfrutéis de todo lo bueno que nos da la vida.

"Mañana tan solo es mañana, buscad vuestros sueños perdidos..."

Matices

lunes, 27 de diciembre de 2010

"Verde que te quiero verde"

 

Hoy salí decidida a dar un paseo por un parque cercano a casa, para respirar y oxigenarme, pero...

Aviones de colorido cargados de estruendoso ruido, coches de combustibles verdes, muñecas de papel “cuché” de tonos acrílicos.

Cerré por un momento mis ojos y empecé a crear mi mundo idílico, eso me hacía evadirme de ese    "stress contaminante",  que se había apoderado del espacio.

“Aviones de papel surcan el aire, coches de metal por las autopistas, muñecas de miradas fijas con rubor en sus mejillas, iban conformando mi fantasía, sin contaminaciones, donde el aire se depura, sin necesidad de productos de oxigeno activo e incongruencias contaminantes...”

De fondo en un puestecillo, escucho al vendedor...

!!!Aguita, aguita fresca¡¡¡.-decía-.

Pensé, "medio acuoso en material reciclable, que mana de manantiales inventados". Si, si, refresquemos las ideas de aguas bendecidas publicitariamente -me acerqué a él-

Regalamos blancura, olores perfumados y si miras al cielo... ¿brilla más? ¿ves menos oscuridad en un día de sol y luz regalada?

En ese momento cargado de pensamientos, escucho a alguien decir...

- ! Niña cómpreme un poquito romero para que le de suerte, y le leo su buenaventura... ¡

-¿Lecturas de futuro?, ¡¡pareee!!, me bajo en la próxima, voy hacia "un tranvía llamado deseo..." mientras en mi subconsciente escucho....

-"la maté porque era mía"...

-¿Como? - repliqué, no entendía...

- No te puedes bajar, ¿desear?, no cambiara nada y además “esto es tuyo ni ná"...!es de todos¡, ¿no?

Me empiezo a marear, estado de locura, en este espacio verde. 
"El viaje en un avión de papel ha anulado su salida por exceso de peso, me deslumbran los destellos de los coches de metal...llegando a la ceguera y esta muñeca que me mira y no calla, no dan solución a un mundo que agoniza, es todo tan caótico".

Miro a esa simpática gitana que ya tiene mi mano cogida, le doy una monedilla y le digo,

- A este mundo el futuro ya no se le ve,  solo nos queda soñar y esperar que todos respondan a la llamada del cambio... ¿ves un futuro?.

Yo si, "verde que te quiero verde"..

Matices

jueves, 23 de diciembre de 2010

Una convocatoria literaria. Este jueves un relato: "UN VILLANCICO"

Erase una vez una Navidad, digamos que la del año 2010... ese año nuestro protagonista la viviría fuera de su hogar. El ritmo de su vida no le permitía ir a pasarla con su familia. Le cargaban mucho esas reuniones familiares, donde todo era condescendencia, para él no era fácil. Total,  que encontró la escusa perfecta, no iría este año.

Ya se lo había comunicado a su familia, a su madre se le quebró la voz al escucharlo, él sabía que no le diría nada, siempre respetaba sus decisiones.

Su padre hizo mil y una preguntas y para no variar, sacó a la CGT y todos los dirigentes "del mil novecientos no se cuantos", a solucionarle el problema... ¿como que tu empresa no te da vacaciones para ver a tu familia? ¡¡En Navidades!!, lo dejó durante treinta minutos que desahogara y se diera cuenta de que su CGT, no podría hacer nada por él. Al final, solo le dijo... ¿tienes con quien cenar?, no la pasaras solo, ¿no?...-le contesté lo que quería oír-

Hoy, saldría temprano para ir a comprar alguna cosa especial para "su" cena de nochebuena, pensó en ir a encargarla a un restaurante que siempre le había gustado, y se dirigió dando un paseo. Esa noche era especialmente fría. A lo lejos escuchó su nombre...

- ¡¡ Joan!!

No daba crédito, la conocía, pero... que cambiada estaba...

- ¿Merche?, en serio ¿eres Merche?

No dío lugar, ella se tiro a sus brazos y le soltó un beso, él sorprendido no dejaba de observarla... Merche conformo la fantasía de los chicos de la PREU durante años y ahora estaba tan cambiada, no había perdido su belleza, al contrario la veía como a un ángel, pero su aspecto, era mas descuidado, o tal vez mejor, mas despreocupado...
- ¿Que haces por aquí?, ¿que es de tu vida, Merche?- quería saber de ella

- ¿Quieres un café y te cuento?,-le contestó ella-

Él empezó a mirar alrededor y ella lo agarró del brazo y le dijo, espera yo sé de un sitio... empezaron a andar. En un edificio antiguo, se paró y lo invitó a entrar, entonces fue cuando ella le contó lo que hacía...

- Vengo aquí todas las noches, es un comedor social, después de trabajar no tengo nada mejor que hacer, ni familia con quien compartir mis días, mi vida es feliz, pero vacía de calidez familiar, aquí mitigo esa sensación de vacío. Es mi familia, ha crecido en estos últimos meses y a veces se nos complica servir una simple cena.

- Anda, pasa, el café no es de máquina, pero te puedo asegurar que es el que mejor sabe de la ciudad -le dijo, con una media sonrisa.


Joan, entró y en poco tiempo tenía en sus manos un café, que le habían servido de un termo... y miles de historias personales de difícil lectura visual, sus caras lo decían todo, su mirada recaló  en los ojos de una pequeña que hacía las sonrisas de todos los que allí estaban. De mirada limpia y sonrisa amplia, era el espíritu de la felicidad y la ingenuidad.

-¿Merche?, y mañana, ¿que harán mañana?...

-Lo mismo que hoy, comerán aquí y quien tenga techo dormirá bajo él y los que no, bajo un puente, o en la puerta de un banco...a saber, prefiero no pensarlo.

Salió desolado, no fue a encargar su cena, cambio el rumbo y se fue hacia casa. Al llegar a casa telefoneo a su madre y le contó, estaba afectado y ella lo notó.

-Joan, me alegra que no vengas, creo que tu plan es perfecto...

No daba crédito, su madre había vuelto a sacar sus artes de bruja y le estaba señalando el camino que él mismo ya tenía decidido seguir...

Esa Nochebuena la pasaría en el comedor social. Antes de salir, cuando se miró al espejo, entendió algunas cosas, cómodo, relajado y despreocupado.

Cuando llegó a la puerta del comedor social, ya había personas esperando. Por un momento todo lo que durante la mañana se había convertido en su ilusión personal, ahora lo veía ridículo, esas caras no cambiarían por una noche, aunque fuera la de Navidad.

Entró dentro, y de frente, Merche...

- Hola, Joan. ¿Quien fue el ángel que te sonrío ayer?, no te esperaba...

- Joan, la miró sorprendido, y le contestó- creo que una niña pequeña que había al fondo del salón ó ¿tú?, no sé...

- Venga, tenemos trabajo, ¡¡a la cocina!!- le dijo Merche-

El trabajo fue duro, sirvieron comidas, no faltó nadie, por el aforo del comedor se atendieron cuatro turnos de cien personas, desde las 20.00 hasta las 23.00 horas del día de Nochebuena, para Merche era un día más y eso le sorprendió a él. Cuando terminaron, Merche se acercó y le dijo...

-Gracias... seguimos siendo pocos, en estos días siempre nos faltan voluntarios y cada vez hay mas personas en situación precaria y acuden aquí.

- Joan, la miró y sin más, le dijo- Y ahora, ¿Me pones un café de esos de los mejores de la ciudad?.

- Te lo voy a demostrar, desconfiado amigo, ¿tienes algo que hacer esta noche?

- Pues... como tú, no me espera nadie.

Ella se puso el abrigo, cogió dos carritos destartalados y viejos de un rincón, metió en ellos unos termos de café, botellas de agua y algunas galletas. ¡¡Ahora toca "turno de noche"!!- le dijo- . Servir café caliente  y compartirlo con "los residentes callejeros",  a la vez que escuchar sus vidas y anécdotas de cartón nocturno "a menos no se cuantos grados",  fue su verdadera navidad.

"En la navidad cada uno tiene su villancico, unos tristes, otros alegres y otros simplemente no tienen.  La vivencia debe ser siempre personal ".

¿El mio? apuesto por la solidaridad.

Matices

Mas "Villancicos" en el blog de GUS



miércoles, 22 de diciembre de 2010

De músicas e invierno...

Y esta noche, cambiamos de estación, justo se encuentra en la antesala de las fiestas navideñas, entra casi desapercibido. Aunque ya apareció  como estrella estelar, con su color blanco inmaculado y su frío, en muchos escenarios del mundo, para estar acorde con los adornos navideños y las ilusiones de  los mas pequeños.

Os dejo una música que a mi me suena a estación invernal. Cerrad los ojos y ella os dará el resto.

Espero que os guste




Matices

viernes, 17 de diciembre de 2010

De divagaciones y reflexiones (I)

TRISTEZA

En estos días es cuando, José se siente mas afectado, se acerca la Navidad y es consciente de que su alma sin quererlo se diluye hacia caminos de gran soledad. 

José tiene noventa años, vive solo, se maneja bien, aunque cada vez más le cuesta bajar esas escaleras, vive en un cuarto piso... baja y compra lo necesario, el frío afecta a sus articulaciones y la escalera le avisa de que su estructura anda oxidada...


Justo en la entrada, cuando deja sus llaves, mira una foto, la de "Mariquilla", su  compañera y amiga, y se le escapa un suspiro, -él, para sus adentros se justifica -ya soy mayor, si, suspiro, ¿y que?. 

Le falta hace diez años, era su apoyo, su sonrisa diaria, su compañera. Sus últimos años fueron de felicidad compartida, de Machin y bailes en la sala, eran dos viejos, pero ¡que felices eran...!

A veces piensa que es muy egoista, que esos años de felicidad deberían de ser suficientes para cerrar su vida en positivo... pero la Navidad, lo hunde en una profunda tristeza., en casa ya no hay luces, ni adornos, ni villancicos, el silencio reina en estas fechas. 

Hoy , como acto reflejo ha puesto música, de fondo en ese "tocata", suena esa canción, con las arrugas musicales del desgaste del vinilo, la de ellos...Angelitos Negros. Las lágrimas inundan sus ojos, los cierra, "Mariquilla" y su sonrisa vuelven por unos segundos,  despues se difumina y se pierde en sus recuerdos, cada vez más desgastados.


Divaga..

Tristeza te deja varado, sin retorno, sin salida, al menos cuando navegas en sus aguas. Mantenerse en ella es una necesidad, es soledad, es hogar... son silencios interiores, sordera momentánea, evasión. Te invade, pasa sin llamar y se acomoda, sin fecha de partida.

Cierras los ojos, ves como todo se va borrando, poco a poco... como si de momento te estuvieran desconectando. Decides perder cuanto debes ganar.

Te sientes vacío, no puedes buscar en tu cuerpo los estigmas de una guerra, que no hubo, tan solo existe dentro de ti. En la sequedad del camino, quieres beber agua del pozo, sumergirte en ella y aguantar dentro de tus pensamientos vacíos, dejarte llevar por el peso acrecentado de tu cuerpo hacia el fondo.

En la fotografía fija que  se muestra ante mis ojos, habita esa sensación, no me busco, porque no me encuentro, no soy nadie porque nadie es nada.

Quédate, tristeza, siéntate me harás compañía, te esperaba...

De fondo, Machín suena, sentado en el sillón de la sala, José con su mirada perdida, deja pasar las horas.
Matices


jueves, 16 de diciembre de 2010

Historias de ascensor. Convocatoria literaria "Este jueves un relato"

Los días, comienzan siempre cuando traspasa la puerta de su casa y con prisas, casi corriendo, le da al botón de ese espacio claustrofóbico, llamado ascensor...

De medidas imposibles, siempre llega a él para realizar los últimos retoques, un poco de brillo en los labios, arreglarse un poco el pelo, y todo ello en un minuto, que es lo que tarda de unos años acá en bajar desde una  cartoceava  planta, antes era más, pero no tenía ese maravilloso espejo que ahora es su confidente, sin más, se dice asimisma... ¡Que mona voy siempre¡.


Como novedad, para en las diferentes plantas cuando lo llaman, cosa que ya es mas incomoda, porque hay vecinos y vecinos, claro… y como no, desconocidos…


El del onceavo
, es un chico algo más joven que ella, al menos eso piensa, tiene una planta espectacular, con ese aire de bohemio, esa media barba y sus gafas, es tan interesante. Siempre que entra en el habitáculo la saluda con esa media sonrisa tan provocadora, ¡¡por Dios, que sonrisa!! , ella cree que lo debe saber y que se recrea en la tensión que le ocasiona. La distancia entre uno y otro no es más de 50 centímetros. Se mezclan los olores, las miradas... y nada… -se dice- nadaaaa, nunca dice una palabra, lo cual siempre le da que pensar, en esos escasos cuarenta segundas hasta la planta baja. Cada mañana a las ocho se cruzan y se repiten las mismas rutinas…

Por la noche cuando llegó a su casa, miró el buzón, recogió las cartas y llamó el ascensor, es curioso, en el mismo sitio, camino de ida y vuelta a casa, de subida y bajada... último paso para desquitarse el disfraz de "diario" y como no, los zapatos que tanto machacan sus pies y… ¡¡horror!!, ese espejo, la mira, la desafía… ahora ya no se ve como a primera hora de la mañana, ¡que cara llevo!, acusa su cansancio y el día que ya pesa. Algo la saca de su divagación, la puerta se abre, alguien entra y  efecto caracol, no sabe donde meterse, ¡¡ el del undécimo!!, no puede ser… ¡¡Hoy nooo!!.

Ni lo mira, agacha su cabeza, y asume que se pierde esa sonrisa que la trae de cabeza…

Él en la botonera presiona el undécimo, se enciende...

¿Vas al catorceavo?, por cierto, ¿Te llamas Berta, no?, yo, Pedro- le dijo a la altura del primer piso-, él marcó el catorce, sin esperar su respuesta. Ella como la que no quiere la cosa, empieza a rebuscar en el bolso, -pero ¿el que?- , sin apenas levantar cabeza, -le dijo- si, si, Berta, encantada Pedro.

En el quinto le parecía que llevaba una hora en ese pequeño espacio, el aire se hacía irrespirable… ¡¡Vaya, me ha hablado!!, con todo lo que quería preguntarle y me he quedado muda… -se dice- ¿Cómo te llamas?, ¿Qué edad tienes?, o simplemente… -y pasó, sin más, le dijo a la altura del décimo-…

-Si me das media hora te invito a una copa de vino en la abacería de la esquina -ya no tiene solución, pensó-

El ascensor para en el undécimo, su corazón a tope y él no decía nada, abre la puerta y otro chico estaba esperando, -él lo saluda y le dice-,

Berta, te presento a mi pareja, Alberto.

Fue evidente, levantó la cabeza como un resorte, lo miró, sonrisa de compromiso y protocolos varios… se despidió y ¡¡por fin!!, esa puerta se cerró.

¡¡tonta, tonta!!, ¿como se te ocurre?, acababa de pasar de ser la discreta y amable vecina del cartoceavo, a ser , a ser...  ¿una loba?

Se volvió miró al espejo, confidente, amigo y discreto observador del espacio, y casi susurrado en un alarde de complicidad hacia lo inmaterial -le dijo- ...¡¡como digas algo, te hago trizas!!.

Se dio la vuelta, esperó a que sonara la campana que anunciaba su planta y salió de aquel ascensor...

Matices
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martes, 14 de diciembre de 2010

De Deseos y edades

Hoy ha caído en mis manos un artículo sobre una encuesta realizada a mujeres. "Encuesta"  en la que a la mujer se le recuerda, que su deseo tiene limites o como dicen los irónicos, fecha de caducidad... lo mejor, es que este resultado parte de mujeres. Me he sentido extraña, no comparto la edad de las encuestadas, pero creo que a veces, casi sin darnos cuenta, dejamos atrás lo más importante, saber disfrutar de nuestra condición humana propia...


Deseo hablar de nosotras  y  puestas a decidir quien no quiere mostrar su máxima sensualidad, si, he dicho...
  
S E N S U A L I D A D 

Tenemos nuestras "armas" y curiosamente una mujer no necesita de un hombre para sentirse "sensual". Creo que la definición  y tirar de  diccionario puede aclarar algunos matices de esta acepción. ¿pone edad? ¿momento?, ¿lugar?

"Sensualidad s f Cualidad de disfrutar plenamente el placer de los sentidos, o de provocar el deseo que se asocia a estos placeres, particularmente el sexual...
Veo que no, es curioso.

D E S E O

Obviando el carácter sexual de la definición me quedo con esta palabra, lo resume todo... Al fin y al cabo estar, o ir, o verse sensual no es más que la necesidad de sentirse deseada, de alimentar placeres y atacar a los sentidos, ¿que es el deseo?, es la respuesta de nuestros sentidos, no más... ¿Porque se empeñan en dar carácter de minusvalía a la edad o simplemente, al deseo?, nunca lo entenderé. Acaso el ser humano pierde la capacidad de amar, de enamorarse, no solo de las personas, sino de la vida, entonces, no entiendo, ¿porque limitamos?. Amar es desear.


     A M A R S E

Si lo hacemos por nosotras y para nosotras, es un placer... Si lo hacemos por nuestra pareja... sentir su mirada de "Deseo", ya provoca a nuestros sentidos y si... ¿lo hacemos en público?. Palabras mayores y autoestima al poder... ( no seáis malas o malos...).


No quiero entrar en lo escabroso del tema porque no me merece la pena, cada mujer es un mundo pero debe ser independiente y vivir su momento. Una mujer debe sentirse  sensual y atractiva, después,  puede que lo mas importante sea tener el apoyo del ser amado, el respeto y su deseo, luego como dicen algunos "sal y pimienta" y el tiempo, hacen que todo sea mucho mejor. Me niego a que con los años una vocecita interior, me diga- ¡Has caducado!, pero vamos a ver... ¿soy un yogurth? noooo... ¿entonces?  y todo esto por matices culturales enclavados históricamente.

No seré yo la me niegue la capacidad de sentirme sensual y deseable y es algo que se debe practicar  casi a diario, es amarse, quererse...


 A     D I A R I O


¡¡Anda chicas!!, no nos asustemos, ya pasamos por ser "mujeres", jugando con muñecas y a ser mamas, con todos sus "tópicos típicos". Por aquella "primera vez" con todo su abolengo y mitos, por parir con dolor y emoción y un gran bagaje para adaptarnos a nuevas situaciones, incluso por el amor y el desamor. Y ahora, ¿otro miedo?, arraigado culturalmente es hora de desmitificarlo. El deseo y la sensualidad conforma parte de nuestro psique, no más.



C O N   N U E S T R O S   E F E C T O S  Y  D E F E C T O S
S E R   M U J E R   E S   U N   R E G A L O 

Y como dice esta canción...
 
No tengo mas edad que la edad del cielo...


Nieves




sábado, 11 de diciembre de 2010

"Café, leche y dos de azúcar"

En las tardes de lluvia, le gustaba ver  las gotas en el cristal de la ventana, sus brillos, sus transparencias y sus prisas por resbalar. Poco a poco el cristal se iba llenando de vaho, le recordaba a tiempos de niñez, donde una vez quedaba cubierto de esa capa blanca, sus dedos se deslizaban por él, conformando su fantasía en dibujos… pegaba su nariz, y le gustaba sentir el frío de este en su piel a la vez que esa nube crecía y lo cubría todo.

Se separa despacio hacia atrás, pierde la visión de la lluvia, de los pequeños cuerpos que cruzan la acera, de los coches que contaminan el ambiente, de los colores que conforman la urbe,  deja que su dedo se deslice por el cristal, dibujando un jeroglífico casi inteligible. De fondo y entre esos dibujos, el sol aparece tras las nubes y de momento se despliega en efecto multicolor un arco iris, la gente ya no corre, ya no hay prisas es como si el reloj se tornara en tiempos de tregua y los pasos se vuelven mas lentos.

Interrumpida por el olor a café recién hecho, sus sentidos afectados,  se dirige hacia los aromas que la invitan, “café, leche y dos cucharadas de azúcar”, se arremolina en el sillón al calor de la chimenea. Suelo de madera, pies descalzos…

Pierde su mirada en las llamas encrespadas, y en su  crepitar,  en sus tonos rojizos, en la profundidad el calor que abraza su cuerpo, acortando las distancias y dando calidez a la estancia. Al fondo,  la luz ampliaba y acrecentaba el espacio, destacando en el muro de adobe un gran lienzo blanco, lo mira, vuelve al fuego, pasando por el jeroglífico, el arco iris y repara en sus pies desnudos, deja resbalar sus piernas, sus dedos rozan el suelo, percibiendo una ligera sensación de calor e incorporándose. Se dirige hacia el lienzo, hace un ejercicio de observación, como si quisiera que brotaran los colores en matices desde dentro, lo ve, se sienta enfrente, gira sobre el banco , las ideas con ella, repitiendo dentro y visionando en su mente toda la información que recibe... fuego, rojo, arcoíris, blanco, piel…  sensaciones.

Un salto, coge una paleta grande y un rojo brillante cruza aquel lienzo, como una rasgadura que hace una herida en él, matiza en tonos oscureciendo el tono, la herida crece y crece… la guerra ha empezado, los segundos, los minutos y las horas pasan y pasan, el trabajo está en su primer esbozo. Aleja el banco, decide coger distancia con ese primer contacto, recrear su vista en lo acontecido.

Prepara una cafetera, deja que el aroma del café vuelva a llenar el espacio, se prometen horas de trabajo, se vuelve a arremolinar en el sillón, los pies descalzos… “café, leche y dos cucharas de azúcar”, las llamas son rescoldos de tonos anaranjados que respiran cambiando sus tonos como si hubieran tomado vida propia. Se acerca a la ventana, la lluvia imparable no da tregua, la noche se ha apoderado del tiempo, sopla en el cristal y deslizando su dedo, dos puntos y una línea que simula una sonrisa, se abraza a si misma y mira de nuevo hacia esa pared que ya no la desafía vacía, espacio completo.

Nieves

miércoles, 8 de diciembre de 2010

De juegos de estrategia

El espacio, un cuadrado perfecto, el cual lo cruzan líneas haciendo divisiones dimensionales iguales , combinadas en dos colores.
Una reina perfecta , turgente domina el espacio oriental, su color es el rojo, el de las cerezas, el cielo atormentado, la pasión, ese es su emblema. 
En el espacio occidental un caballo resiste el juego estratégico de su contrincante, cuidando de sus mas preciados tesoros, su color es el blanco, el de la pureza, el de la calma, su emblema el de la paz.

En el fondo de aquella habitación, en la penumbra, estaba ella, silenciosa, nada tenía que decir, tal vez su mente estaba en blanco o seguramente llena de pensamientos. Él la observaba, hacía tiempo que su juego era adivinar cual sería el siguiente movimiento de ella, casi lo había convertido en su vida.

Ella y la condena de su silencio, era el castigo al que lo sometía por su olvido, la pasión. Lo desafiaba en cada movimiento, su relación ahora era un juego de tablero, donde ella se había convertido en la reina, desafiante, controvertida… en algún momento dejaba que se acercara, lento, pausado, tanto que su olor lo envenenaba, recrudeciendo el juego y ante sus prisas, el envite era incluso duro y casi infranqueable para él.

Se paseaba por el tablero, casi de puntillas, dominaba el juego, su cuerpo sensual, saltaba de una punta a otra, sus caderas le partían el ánimo, casi era una musa vestal, atacaba siempre sus sentidos mas primarios, jugaba a descolocar, a veces él se convertía en un corcel de un blanco puro, relinchaba se ponía frente a ella subido a sus patas traseras, protegiéndose y creciéndose en una alargada sombra que la provocaba buscando sus miedos, rompiendo su implacable dominio. Ella abría sus ojos ampliamente, y se podía ver como se encendía su cara blanca, sus labios rojos palidecían, corría y se colocaba detrás de sus acólitos, se protegía.

Era la reina de un tablero a su merced, donde él se perdía, la estrategia era la suya… por eso decidió observarla, ver su juego al descubierto, pasaban las horas, los minutos y los segundos, el reloj marcaba el tiempo con sus sonidos rítmicos… silencio.

Gira su cabeza le mira… sus ojos se clavan en los de él, dueña de sus sueños de placer, le descubre el juego, la dejó acercarse. El tablero se acorta, la distancia es mínima, pierde su protección, "sus ojos en los de ella y los de ella en los suyos", optimismo.
 
Ella se acerca, sus dedos en su espalda, él controla y solo de deja llevar por una sonrisa maliciosa, ya no existe el olvido, el olor de la inquietud, del ánimo perdido, de los tiempos y las evidencias, lo adelantan en el juego. El tablero pierde sus colores para unificarse en uno, aún así le pueden las ganas de sentir su piel, su cuerpo, él lo sabe.

En ese momento, saltó imaginariamente, los cuadros rojos, blancos… ella desprotegida, sola, a su merced… y sin más “Jaque a la reina”. La abrazó, su cuerpo se encoge, se resiste a la evidencia, poco a poco desfallece, sus labios se posan en los suyos. La reina se rinde… el tablero en la mesa, estrategia milimetrada en el tiempo por su adversario. Los  emblemas de la paz, reinventan la esencia para los apasionados contrincantes.

Nieves

domingo, 5 de diciembre de 2010

Swing...

A estas altura de la película... ya sabéis que me van estos rollos de contar historias,  hoy vengo con lo nuevo que me han presentado, musicalmente hablando, al menos para mi era una desconocida...

"Ambiente de humo, sombras que pasan y en el centro una cantante ambienta el sórdido local, música de jazz, chasquidos de dedos cuando la percusión hace  presencia... Nadie tiene voluntad de marcarse unos pasos,  copa en mano y charla estridente, risas. Apenas se escuchan las vibraciones que produce la orquesta, la cantante... marca el ritmo, mira a su equipo y la música empieza a sonar...  aparece en escena la trompeta, dando entrada al xilofon y de momento.. ella, sus primeros acordes llenan el local , "swing, swing, swing", aparece el bajo, la bateria y la percusión al completo, ¿solo falta..? 

Los pies se mueven solos, poco a poco la pista  empieza a llenarse , los hombros se van, hay de todo, chicos despeinados,  contoneantes curvas, el ambiente ha cambiado..."

Ahora dejate llevar tú...  ¿un baile?...

Espero que os guste...


Nieves




viernes, 3 de diciembre de 2010

Jigai

Hace algunos siglos, en algún jardín de Japón, una sombra alargada, hacía destacar a una mujer, que miraba al estanque... su mirada siempre dulce, no hacía presagiar su sentimiento interior.

En aquel lugar el otoño había echo su aparición, aún así el estanque todavía conservaba su colorido, las flores de loto y los verdes llenaban ese espacio. Las hojas empezaban a caer, los almendros y cerezos presidian en tonos rojizos el paisaje de la estación. Ella,  era de una belleza inusual,  el poder de los años, había hecho pocos cambios en su físico, tan solo si la conocías podías ver que en la profundidad de sus ojos, habitaba una gran tristeza.

Todas las mañanas con los primeros rayos de sol, empezaba su catecismo de costumbres... primero se peinaba su larga melena con un peine de marfil para después conformar un peinado a base de utilizar cera caliente y aceite de camelia y convertirlo en un recogido de belleza extrema, "rayadura de melocotón". 

Posteriormente empolvaba su piel en blanco, dejando una sensación  de delicado papel suave y aterciopelado en ella,  sus rasgados ojos después matizados en un discreto pero bello maquillaje y sus cejas  perdidas en aquella veladura blanca, volvían a destacar dibujadas y lacadas en negro brillante. Los matices de su tez... se terminaban  conjugando en unas sonrosadas mejillas y una  boca que inventaba diariamente conformandola en una minúscula y sensual  boquita de color rojo.

Luego se vestía sobre camisa larga de  un fino lienzo blanco y transparente, su "Iromugi", era el kimono especial para "el chanoyu" (ceremonia del té), su figura pequeña, pero muy proporcionada, conformaba parte de un rito,con sus significados. Una vez vestía sus ropajes, se realizaba un rito de nudos, el cual terminaba con un gran lazo de gran peso y ajustado en el talle hacia atrás, para equilibrar su figura.

Cuando ya terminaba todo el protocolo ella procedía a dar su paseo diario por el jardín, a veces elegía las flores para sus "Ikebanas", pues era una de las muchas artes que cultivaba... sus pensamientos miraban hacia atrás cuando el ser una bella muchacha y aventajada la llevo a su historia personal, perdió su vida y ahora cuando su juventud se iba marchando,  empezaba a ser consciente de su realidad. Nunca tuvo sentimientos, nunca cultivo el amor, ni tuvo pretensiones de ello, su corazón no disponía de libertad.

Ese día, otro rito se realizaba a los pies del estanque, ella descubrió sus pequeños tobillos, con una cuerda los ató para evitar la deshonra de sus actos, seguidamente se arrodilló en el estanque, estaba sola,  perdió su mirada en el firmamento y con un "Kaiken", una pequeña daga,  procedió a realizarse un corte en el cuello. En ese momento, por el delicado rostro de Sakura, dos lágrimas resbalaron, haciendo surcos en él...

Decidío hacer su propio sacrificio, lo hizo en su tremenda soledad interna, nada tenía, nada dejaba, tan solo una vida de dedicación a una profesión, como pago a la formación recibida para poder ejercerla y un incierto futuro de dudoso cariz. 

Puso fin a una vida de sometimiento, en ese momento, dejo de ser Sakura, Flor de cerezo, para volver a su realidad, su nombre natal era Amaterasu.


 Pintora, poetisa, música y bailarina a la vez, la geisha encarna a su manera una "mujer de sueño" ni madre, ni esposa, ni mujer, ni niña, ni prostituta...

Nieves


miércoles, 1 de diciembre de 2010

Sol, sol, sol...

Hoy salio el sol y he venido compartirlo con todos vosotros, por suerte, no tenía que ir a trabajar y me he dado la licencia de pasear.

Levanté y no sentí el ruido de la lluvia chocando con el suelo incesantemente, me pareció un buen augurio. Subí la persiana, abrí las cortinas y ahí estaba grande, radiante, iluminándolo todo, los verdes brillaban con esplendor y los dorados y ocres destellaban en sus variedades...

Buenos días, te esperaba... -le susurre-
 
Esto merece, que yo brille tanto como él, me coloqué frente el espejo y dejé que mi sonrisa me iluminara, presagio de un buen día... 

Cogí mis dos libros y los metí en el bolso, si, son dos los que leo, uno casi terminado y otro recién empezado... manías o una excentricidad, es cierto. 

Sol, sol, sol... que invita a pasear, a buscar su calor, a acomodarse frente a él, a dejar caer las horas del reloj y hundirte en pensamientos y lecturas. Hay momentos que le buscas la cara y dejas que pose sus rayos en tu tez, le brindas tu mayor sonrisa y entonces notas como te abraza para que te transportes a sueños y divagaciones mas placenteras... otras miras a tu alrededor y los colores mutan en variaciones imposibles, la naturaleza a tenor de tu paleta visual, hace que la respires, llenes tu vista, oler sus colores y si pasas tus dedos rozando una hoja seca, notes su dulce caída.. con un sonido tranquilo, lento y sosegado...

Te pertenezco y me perteneces...creces para el mundo y crezco para estar cerca de ti...

Son las tres de la tarde y el cielo empieza de nuevo a tornarse mas gris, empiezo a caminar y la tormenta se desata camino de casa...

Nieves