miércoles, 23 de febrero de 2011

Este Jueves un relato: World Builder... El constructor del mundo

Hoy contaré una historia propia, la de un sueño deseado y anhelado de matiz infantil...

Mi infancia me lleva a un pueblo andaluz, a una casa encalada con grandes balcones, su gran puerta de madera siempre abierta, te llevaba a un Sanjuán de azulejos que configuraban dibujos geométricos y su reja, desde donde ya se contemplaba su patio  engalanado de macetas colgadas y un jardín central con palmeras y geranios. A la derecha de esa reja, un alambre, si tirabas hacía que tintineara una campanita... configuraba las peleas y travesuras de mis hermanos y mías, sobre...

-Voooooooooy- siempre esa palabra- era mi abuela, ya nos podía la inquietud, si era invierno, bajaba las escaleras corriendo con gesto sereno, bello y si era verano, aparecía por detrás de esa escala de verdes degradados, ¡que bonita era!.

Allí se gestaban carreras alrededor del frondoso verde y estallido primaveral de colores, de juegos de escondite con la abuela, zapatilla en mano, por romper una maceta. En un lateral dos mecedoras, al lado un velador, allí ponían café a las visitas, esas que decían... ¡¡que guapa y alta estas niña!!, mi abuelo siempre me sonreía y me guiñaba un ojo, tras sus gafas oscuras y su gran puro...

Hubo un primer día, de grises olvidos  desatados en lágrimas de realidades conscientes, dolor ante una decadencia engañosa.  De recesiones involuntarias a travesuras infantiles, que observé obtusa y  que mi entendimiento, convertía en interrogantes silenciosos... su enfermedad.

Fue poco a poco perdiendo capacidades, degradando los colores de su piel que ya no rozaba el sol a blancos inmaculados de suave tacto, sus labios siempre sonrosados. En las tardes de primavera se sentaba en la mecedora con la mirada perdida.  Ella en aquel su jardín, y yo, a veces, le cogía su suave mano y la besaba en su blanca y bonita cara con fuerza, siempre esperaba un ratito, por si me hablaba o sonreía, solo me miraba impasible, extrañada y como si no me conociera, en unos minutos me retiraba, nunca hubo una reacción.

Un día me arrepanchigué en aquella mecedora que me engullía y no paraba, al lado mi abuelo con su puro y su silencio... Abuelo tengo la solución para que la abuela se cure, - él me miró, por un momento logré que dejara su silencio-.
 
Digame señorita - me dijo, mirando al frente-.

Pues verás - ya de rodillas en la mecedora- el otro día escuché a la tía, dice que en el futuro habrá cura. ¡¡El futuro, abuelo!!, como en la "peli", he mirado el frigorífico, ahí no cabe, pero si compras uno mas grande y la guardamos hasta el futuro, allí la curaran... y otra vez regará las plantas y sonreirá, como antes. Una larga calada a ese gran puro, otra vez ese silencio, -y sin más, le dije impaciente- abuelo, ¿lo hacemos, la "criozinamos"?...

Mi abuelo se río con fuerza... -y me contestó-, dos mejor, uno para ella y otro para mi en un campo santo... No lo entendí en ese momento y levanté la ceja enfadada, ¿acaso se reía de mi?... me miró con ternura y me dijo una frase que he seguido escuchando toda mi vida... "Las películas son eso, ilusión, imaginación, no son realidades",- después añadió- tu no pierdas la ilusión, lucha por tu futuro, eso es lo verdaderamente importante.

Llego el día, se fue de puntillas, casi imperceptible con su silencio impuesto y sus ojos  cerrados en ese sueño de años. Yo ya era una preadolescente, llegué a casa de mi abuelo  con el uniforme del colegio, él me miró, yo en el Sanjuán de la casa, me dio la mano y me llevó a su habitación, cuando la vi había una sonrisa que iluminaba su cara, solo sentí una gran felicidad.

En su deconstrucción finalmente se construyo una sonrisa y a mi me supo  a dulce,  a abrigo de sabores perdidos en  desencuentros infantiles de difícil lectura.

Hoy en mi mundo, no quiero películas edulcoradas, donde los relojes cambian su rumbo y van hacia atrás, donde el mundo se crea con fecha de caducidad, donde los colores son artificiales, esos de una paleta virtual, ¿en serio deseamos esta felicidad digital y atemporal? yo...

Quiero mezclar pigmentos en paletas de colores
con olor a naturaleza, a tierra mojada...
quiero  raíces silvestres que crecen,
salvajes a la llamada de la luz y el agua.

Quiero olas que rompen,
tactos de arena en mis manos,
vientos que revuelven mi pelo,
en silbidos sonoros, arrítmicos...

Quiero creer en mi y en vosotros,
en la vida,
para mi no hay mas creencias...
Quiero poder respirar y respirarte,
quiero sentir y que me sientas...

Quiero que el tiempo me de...
horas y sueños por cumplir
y no quiero, irrealidades filmadas
en  esperanzas por llegar.

El futuro lo construye uno mismo y no es mas que lo que nos queda por ver y vivir.


Mas constructores de mundos en el blog de Gus

Matices

jueves, 17 de febrero de 2011

El Hada Verde y la Bohemia...

LA ABSENTA

La bebedora de absenta-Picasso

"El hada verde", la bebida mágica,  se le atribuyen connotaciones de euforias, fue la bebida de la vida bohemia y  de artistas del siglo XIX y XX,   Los Wilde, Van Gogh, Baudelaire, Manet, Picasso, Degas, Hemingway... ven en este licor la inspiración para sus obras.

Mil historias turbias de poetas, pintores, artistas y bohemios, obras donde se le da un lugar  a este bebedizo, testimonios escritos y plasmados en lienzo, ¿hasta donde el poder de la absenta?. ¿La musa?, me parece increíble el poder de esta bebida y si fuera como dicen ¿donde quedaría la creatividad? en rincones de cabaret, en miserias y olvidos covertidos en  visiones coloristas y recreaciones huidizas que se diluyen a través de química verde.

Se llegó a prohibir en muchos países, hay quien la calificó "la bebida de la esquizofrenia"

En 2008, se levantó la prohibición sobre la Absenta, os dejo dos "comerciales" uno con connotaciones de "cinemascope" y apoyaduras en  grandes artistas y sus obras,  con frases como... "El néctar de los poetas", "Ella exalta el talento de lo brillante", "hace grande a los mediocres" .

En el otro  se muestra el "método tradicional" al que llaman bohemio, el cual os va a recordar a rituales de matices mas modernos.

Acaso el "hada" ¿era?...

“después del primer vaso, uno ve las cosas como le gustaría que fuesen. Después del segundo, uno ve las cosas que no existen. Finalmente, uno acaba viendo las cosas tal y como son, y eso es lo más horrible que puede ocurrir”.
Oscar Wilde



Y el ritual...






"¿Cuál es la diferencia entre un vaso de absenta y el ocaso?"
"What difference is there between a glass of absinthe and a sunset?"
Oscar Wilde
Matices

miércoles, 9 de febrero de 2011

....

siBuenas,  solo dejar una música para este tiempo de quietud, me hacía mal dejar "Letargo", que aunque es  algo escrito por mi, no dejo de reconocer que es triste.


¿A que ahora está mejor?

Besos, "sin matices"...

jueves, 3 de febrero de 2011

Este jueves un relato: Sentencias

Como ando mal de tiempo estos días, he rescatado esta entrada de hace unos meses. Aprovecho para comentaros que durante un tiempo este blog no tendrá actividad, espero poder estar pronto por aqui con todos vosotros...



Cuando despiertes de tu letargo, sabrás que me fui, no podía habitar mas en un cuerpo que no era mío, en tu pensamiento cerrado a la vida...


Pasaban las noches y no abrías los ojos, te observaba y pensaba, ¿estará vivo?, me acercaba entonces, tímidamente a tu corazón y notaba tu latido arrítmico, lento, en ese momento sabía que solo alargabas tu letargo. 


No buscabas al sol, acaso la luz te cegaba o era la realidad de las horas que caían sobre tu cuerpo las que no soportabas. ¿Que te pasó?, ¿de que te escondías?, lo cierto es que yo tenía que irme, me absorbías en exceso y a veces creía dormitar contigo, empecé a tener miedo, proyectabas mas sombras que luces y eso me afectaba. 


 A veces, en la oscuridad que nos habías impuesto, te llamaba... te agitaba, te gritaba, pero tus ojos seguían cerrados, acaso me empujabas a salir de ti, pensaba que en ese momento algo peor se avecinaba, tal vez por eso seguía recorriendo mi camino dentro de ti, abrupto, triste, sin música, parecía que deambulaba por la fina línea de la muerte, llegaba a dolerme que me hubieras  condenado, que tu mismo no me hubieras sacado de tu cuerpo antes de entrar en esta estación de sueño.


¿Con que sueñas?, no me contestabas, el silencio se apoderó de nuestras mentes, hablaba conmigo misma, me respondía preguntas que tu no contestabas, era consciente de que tu sonrisa se había borrado de mi mente... ya no te recordaba, buscaba tus ojos, tu boca, tu sexo, eran invisibles a mis ojos, a mi tacto, a mi olfato. No podía seguir, entraba en tu letargo buscando hospedarme en él,  y yo, sin embargo, quería vivir, luché contra tu cuerpo y por fin salí de ti.


Era una noche húmeda, el frio se apodero de mi cuerpo desnudo,  temblaba,  puse la mano en mi pecho y espere sentir el sonido de mi corazón, vibraba, corría como si de mi pecho quisiera salir, las lagrimas caían por mi tez, eran de alegría, estaba VIVA.


Cuando despiertes de tu letargo, yo, ya... no estaré. 


"A veces, hay condenas personales que se sentencian en el interior de uno mismo..."


Matices
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