jueves, 24 de noviembre de 2011

Este jueves, relato: Extranjero e inmigrante

Hay un sentimiento en todos los que dejan atrás su casa, su familia, una herida de dolor y a la vez de amor.   El extranjero o el inmigrante sienten interiormente una misma desazón, la vuelta a las imágenes amables de la familia, del país, las costumbres, unido a no encontrarse en "tierra propia". Supongo que es cuando  uno siendo "país" interioriza y se convierte en una  "isla" llamada "Nostalgia", dejándose ir hacia los pequeños fotogramas  amables que conforman su vida o sus sueños.

Destaco así la inmigración femenina, esta tiene tras de si muchas connotaciones de aspectos dolosos, hijos que se quedan atrás, prostitución... muchas de ellas, recrean vidas inventadas, sueños irreales para los suyos, sin evidenciar el dolor que sienten en realidad por su precaria situación laboral, unida al sentimiento de nostalgia y desarraigo. Hecho en si que considero común  a los dos sexos, pero con diferentes matices.

Hoy os dejo un fragmento de una película "Princesas", o mejor dicho, varios en uno. Da pie a reflexiones sobre los desarraigos comunes a las personas, aunque con acepciones diferentes y no por eso distintos, se puede ser extranjero de uno mismo simplemente porque la vida es dura y  no le ha dado lo que uno desearía,  y a la vez hay otras lecturas parecidas al sentimiento de desarraigo del inmigrante, que por un lado no encuentra el mundo de oportunidades que buscaba y por otro siente lejos "su lugar".

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Mas inmigrantes y extranjeros en EL Blog de Gus


No tiene mucha calidad, pero me gustó que estuvieran las dos reflexiones. Las escenas   "Nostalgia"  y  "Pensar y existir"... 

jueves, 17 de noviembre de 2011

Este jueves, relato: El Grito de los excluidos

Por el cristal se deslizan  las gotas en carrera una tras otra golpeando en un silencioso caminar su memoria, su mirada vaga y nublada adivina que es así. Todavía no es de día, ha decidido levantarse pues las horas tendido en esa cama le pesan en los huesos y hacen que el dolor sea retorcido. Nunca ha conocido el descanso, nunca.

Eric sentado en su silla escucha el pitido de la cafetera, le recuerda, mal que le pese, al sonido de aquel tren anunciando su llegada al lugar donde su infancia no existió y  que lo llevó al sueño en tránsito. Se levanta de la silla con mucho trabajo,  día a día todo se conforma alrededor de los sonidos que pasados los años siguen dándole lecturas, su vida está escrita en ellos…

Al sentarse de nuevo oye el crujir de sus rodillas, los años no perdonan- se dice-  coge la taza y estira su brazo dejando su muñeca a la vista, es cuando sus ojos adivinan el dibujo difuminado que en ella permanece, siempre esboza una sonrisa, un guiño  al diablo que le hizo portador de un número y terminó  como posible perdedor en el trueque.  Cada paso que da le recuerda quien es, es el castigo de pertenecer al "Club de los excluidos", al sordo grito interior que hace mella en su corazón.

Sus recuerdos lo conforman la fila, los gritos, el miedo a lo desconocido y sobre todo "el secreto", ¿porqué nadie se lo contó?  era un niño en un lugar inadecuado- pensaba-. Recuerda a Matías, era músico, él se encargaba que una vez se hiciera la "selección" los niños corrieran al barracón, sus pies se clavaban en el barro y la dura carrera se hermanaba con el pánico al escuchar los lloros de los que iniciaban el camino hacia su "suerte" tras de ellos. Era entonces cuando aquellos niños asustados cantaban bajo la dirección inquieta de Matías. No acertaban a entender porque él se empeñaba y gritaba ¡¡mas alto, mucho más alto!!, sus gargantas subían el tono tanto que parecía como si la voz en cualquier momento pudiera quebrarse bajo esos agudos ensordecedores… Luego, aquellos ángeles estrellados, huérfanos en muchos casos, callaban extenuados por el esfuerzo y Matías, con la cara desencajada - les decía- ¡¡enhorabuena!! pertenecéis a un exclusivo club… el premio, los sonidos del silencio.

Ahora, con los años pasados conoce el secreto y porque su canto se convertía en grito protector, eran los excluidos de la "muerte dulce". Gritaba de miedo con la fuerza que este le daba. Sabía y conocía su estigma, tenía número de socio, un logo zurcido con forma de estrella de cinco puntas y un uniforme. Aún su corazón sigue gritando en la noche, y al amanecer cuando la sirena de la fabrica suena, él ya está preparado en la fila,  solo espera que alguien le cierre los ojos en un gesto dulce y poder descansar en paz dejando libre la plaza otorgada en tan privilegiado lugar.

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Más gritos de excluidos en el Blog de Gaston

martes, 8 de noviembre de 2011

Este jueves, relato: La Petit Mort

El motivo de adelantarme  a la publicación de este jueves es que acudo también a la reunión de  amigos jueveros en Valencia, os dejo así mi relato... Gracias a todos!




Canadá, 2009

Nadia, pierde la mirada tras la ventana. Pasa horas metida en aquel cubículo donde sus deseos se hacen realidad. Hace días que el cielo la atrae en exceso, las nubes o tal vez la paz que se esconde en la claridad de un día que abre en limpio, azul Prusia,  magenta. Los amalgama con la espátula, buscando la exactitud de lo que observa en su paleta.  Siente su presencia tras ella, sus sensaciones cromáticas son más provocadoras si caben...

Esperaba que le susurrara solicitándole su presencia ante él. El  olor que desprendía la habitación, aquel con el  que comulga diariamente, mezclas de trementina que corrían a través de sus pituitarias,   la trasladaban a satisfacciones en forma de placer y futuros inciertos... Cierra los ojos, se estremece, saciándose en blanco España, las sábanas enrolladas en su cintura en una cabalgadura lenta, espaciada,   cuando su cuerpo se torsiona hacia atrás y muerde su labio inferior en un gesto sensual, vuelve a la realidad apretando el  color contra su paleta en Bermellón, traduce en pasión...

Buscaba en su interior el camino, la dirigiría hasta templarse  en sienas tostados, el pincel se paseaba por su boca mientras lo observaba... con la espátula mezclaba en un ejercicio premeditado. Me desea -pensaba-, su cuerpo se estremece, lo siente entre sus piernas, vuelve a cerrar sus ojos muerde el pincel entre sus labios y se deja hacer en la humedad a la que la desafían los tonos, explosión en amarillo cadmio, éxtasis...

Traza, construye, desliza en medidas, conoce el fin hacia donde le llevan los devaneos con su lienzo, juega sobre el virginal blanco hasta acorralarlo en color  y al final, vuelve a sus ensoñaciones, le conoce. Nadia soñaba  un vuelo sin retorno al cielo, el éxtasis momentáneo  y el sitio que la había elegido era "La Petit Mort Gallery"... orgasmicamente incorrecto, plástico, ecléctico -piensa-  se observa en el espejo del baño, brillo en los ojos, humedece sus labios y decide salir,  el fragor de una nueva inauguración en busca de una crítica devastadora hacia una exposición controvertida.
En el tríptico de la exposición su "Intemperance", la sala se iba llenando..."

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 "More little deaths" en el Blog de Gus

martes, 1 de noviembre de 2011

Voleteos

(Banco de imágenes gratuitas)

En el paseo por los cielos dejó parte de su mundo,
la sonrisa, la mirada brillante y los deseos...
Ahora, 
estira sus brazos,
esperando que la luna baje y se pose sobre sus dedos
para entregarle lo olvidado allí,
cuando "voleteó" con él,
en el sueño que encierran las palabras secretas.


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