miércoles, 30 de enero de 2013

Este jueves, relato: "Hablar escribiendo"


Garabateó aquel papel mientras el café, ya frío,  se asentaba en la taza negando posos que leer. Miró su reloj, la espera se eternizaba y de fondo en aquella cafetería se podía escuchar "Baby Can I hold you"... aquella canción hablaba de palabras y disculpas. ¡Cómo le sonaba aquello! -pensó-. En su pensamiento solo rondaban las promesas de él. Se suponía que hoy  sería el primer día de una vida juntos, aunque tenía un presagio...

Por primera vez aquella incomoda demora la hizo echar de menos un mensaje, el mismo que se repetía cada mañana, a la misma hora, en el mismo instante... Siguió así con su distracción,  y empezó a escribir, en aquella delicada servilleta hizo su primera declaración "Te necesito"... dejó caer como rubrica dos lágrimas, doblo el papel en cuatro y arrancó otra de impoluta blancura del servilletero... y esperó. Otro mensaje mudo en aquella,   ¿dónde estas?, y otro sentimiento, el de rabia,  hizo que a rayones borrase esas palabras, quedando reducidas a la nada maltratada.

La pantalla de su móvil no paraba de parpadear,  le dio la vuelta  una vez que saltó en la misma "tiene quince mensajes".
-Excusas- se dijo. Conocía el contenido de aquellas misivas, ahí estaba su sometimiento, su amor, no había más, aquella relación que la carcomía no tenía vida, no respiraba libertad.

Fue escribiendo sus pensamientos silenciosos, dándole forma a las palabras sordas en un soliloquio propio que solo ella escuchaba en el rumor de su propio dolor...  y a la vez, el único nexo de unión entre ellos sonaba y sumaba mensajes encadenados de desesperación fingida. Acarició su cuello, mientras perdía la mirada intentado buscar sus rasgos, sus manos, su piel, todo aquello que estaba limitado por un horario.

Abrió el móvil, fue a la bandeja de entrada y lo borró todo. Y en un mismo acto, escribió  un  mensaje
 - "Game Over"-... y  pulsó    "Enviar".
Cogió las servilletas amalgamadas sin orden como si el sentido de su alegato ya hubiera perdido la razón de ser.  No lo dudó,  junto con aquel teléfono tiró sus suplicas a la papelera , aquellas que él nunca escuchó,  y se marchó...

matices...



Mas soliloquios por leer en el Blog de Rochies...

domingo, 20 de enero de 2013

Sueños nómadas


Alejandro Rosemberg

Vagabunda silenciosa de la vida,
desmadeja el intenso dolor
que la aleja del camino de retorno.
En su entorno la esencia
de los sentimientos deshilachados
que cuelgan de su desnudez

Mendiga de besos y caricias de piel,
a las puertas de los cielos
busca los sentidos... 
Desnuda el alma,
colgando los harapos de lo vivido,
 en palabras que nadie escucha

Caminante errante del relieve,
descalza sus pies,
cansados  de recorrer
 en  lento compás  rincones perdidos,
dibujados en instantes añorados
 en el papel del olvido

Bohemia en la oscuridad de la noche,
hacedora de inacabados
abandona efluvios de su existencia
buscando limosnas 
que la eleven en la memoria
hacia los sueños huidizos...

Matices


jueves, 17 de enero de 2013

Este jueves, relato: " El árbol del ahorcado"




Todo se había resumido en un juego, simple y letal, ¿porque sentía un vacío tan fuerte en su interior?. Las letras se conformaron desordenadamente… 

La primera vertical vino marcada por una letra que resumía sus sentimientos, nada le hizo presagiar que el acertijo iba lleno de "mentiras". 

Posteriormente cruzó una horizontal en la cual el peso de las circunstancias tendría que aguantar la condena de no acertar el crucigrama impuesto y ahí erró siguiendo un "credo" lleno de codicia, quedó así constituido el patíbulo. El número de aciertos no aseguraba la ganancia y los errores invitaban a una condena segura. 
La muerte vino expresada en cuerda tejida de palmera trenzada, preparada para aquella tercera adivinanza donde el cuello peligra si no llega a buen puerto la respuesta. Era la hora del desahucio, el único cuello vestido va adornado de un alzacuello de resignación, aunque no desfallece en la lucha. 

El divertimento se mostraba díscolo, la cuarta letra viene de la mano de un monigote sin acierto. La sensación primaria al sentir correr el nudo que araña la piel lo hace consciente de su error,  la intolerancia acrecienta el desánimo, no hay salvación 

Se diluyen la ilusión en esa quinta letra errada, siendo el presente el que le da una patada al futuro escapándose tras el chasquido del cuello del más débil... 

Y la última nombrada fue aquella que tiró de la soga colgando al ahorcado en aquel árbol dibujado. Entendió su vacío, provenía de la muerte de los sueños y la vuelta a la realidad. 

El repeinado contrincante le entregó el pictograma a la vez que abriéndole la puerta nombró al siguiente monigote en el juego de las letras. En ese momento fue consciente de que el paisaje había cambiado,  en aquel lugar no era el único perdedor…

Matices...


-Está usted al borde de un precipicio, no le aconsejo que vaya por la vida con los ojos cerrados. Pero si abre los ojos y mira, verá las cosas tal y como son en realidad ...- Diálogo del film... "El arbol del ahorcado..." 1959

miércoles, 9 de enero de 2013

Este jueves, relato: Mayores

afiches.wordpress.com
Miro el reloj, son las doce de la noche y abrocho mi abrigo ante el frío presente, es navidad y la reconozco empujando un carrito de supermercado, allí es donde lleva su negocio itinerante hacia su hogar... Mi pensamiento se escapa de esa jornada de horas colgadas de unos cuantos euros y esos pies pesados que se arrastran por el asfalto después de una  larga jornada, e interiormente me repito una frase "a sus años...".

La llaman "La Pepa", su rutina es vender pipas en la puerta de una gran superficie de esas que en época de rebajas preguntan al espejito. Seguramente ese mismo en el que ella ya no se mira, pues hace años que el reflejo de los surcos que en su piel habitan no son de su interés  Su cara se dibuja en mis recuerdos de adolescencia,  ya la veía mayor, era  "la viejita del cesto"... desconozco los matices de su vida, aunque seguramente conoció  la guerra, el hambre de la posguerra, los cambios y en la distancia los avances que le dan la espalda pero que observa desde su pequeño conocimiento.

Acercar su imagen a vuestros ojos es lo que me gustaría hacer... hablaros de la pequeña anciana que le hace competencia al demoledor centro comercial. Soporta las inclemencias del tiempo y la vida abrigándose  con su  chaqueta de paño raído y una toquillla negra tejida de marcado punto sencillo. ¿Qué cómo es ella? Su pelo es cano, corto y algo ondulado y su gesto siempre agachado habla de su edad. De menuda estatura, empuja su carro dejando ver tras él su espalda corvada y cada día  inicia camino de ida y vuelta en su jornada laboral, acompañada del ritmo de sus pequeños pasos y el peso de su mercancía, al que suma minutos con el paso de los años alargando así el corto trayecto... Su puesto de trabajo lo conforman una caja de cartón como mesa y de mostrador un pequeño cesto de mimbre donde reparte sus chucherías(1) ordenadamente. Su descanso llega de la mano de un  viejo y descosido banquillo de playa donde espera el pasar de las horas y  alguien que le compre cincuenta céntimos o  un eurillo de capricho...  

Y todo esto me lleva a Emilia la vendedora de coquinas(2) en Punta Umbría que da lecciones de sabiduría  con sus ochenta y tantos años...
-No pesa el trabajo, me distraen las horas aquí y la charla- me decía este verano pasado, y añadía- pesan los años... y mientras haya vida tengo que seguir...siempre y cuando, ese invento llamado "veda" no me lo impida, y me obligue a buscar otro oficio a mis años.

Y mi mirada se ha dirigido a esos mayores, anónimos y presentes en todas las ciudades, vendedores ambulantes y ladrones de cariños del día a día, trabajadores incansables que asumen la vida como les viene, no hay jubilación ni conocimiento del término, no existen ayudas que los amparen. A sus edades tan solo cuentan con su fortaleza y un  poquito de apego a vivir.

(1) Chucherías: Golosinas
(2) Coquinas:  Molusco marino comestible de pequeño tamaño

Matices

Más miradas hacia nuestros mayores en el Blog de Gus


jueves, 3 de enero de 2013

Este jueves, relato: Romances futuristas, fantásticos o metahumanos

http://www.laluciernaga.net

Cuando empezaban a sonar los acordes de aquella música ella sabía que las puertas del acuario se habían abierto, empezaba otra anodina jornada... Odiaba ese traje, le quitaba la libertad que disfrutaba en sus incursiones acuáticas. Intenta recordar el nombre del material, esa palabra se le resistía, pensó y repensó  y llegó, era eso ¡Neopreno!... el esclavo traje era como un guante, como una segunda piel que la aislaba del estado exterior... 

El agua inundó su pensamiento, dejándose ir en él a la profundidad del líquido acuoso. Hoy tocaba revisión  de salud, algo rutinario, molesto  e impuesto por la ley "setenta y dos barra dos mil ochenta y nueve" sobre nuevos experimentos. Se desliza y se coloca justo en el punto indicado, ante sus ojos aparecieron sus coordenadas, su cuerpo en 3D está delimitado por una escuadra de medidas en color, justo en el lado  izquierdo de su pecho, queda enmarcado en rojo; aparece el órgano, su corazón. Cierra los ojos, se concentra en él, y comienza un viaje hacia el pasado. 

Imagina la libertad y con ella siempre aparece él...  sus besos con sabor a vida,  sus manos que recorren su cintura. Su cuerpo desnudo dispuesto a recibir, deshaciéndose ante las caricias. Y en su corazón aumenta el palpito, bombea rápido, fuerte, subiendo las sensaciones hacia su cerebro, abre sus ojos para volver a observar esa cuadrícula donde de nuevo podrá ver que hay algo que supera los sueños... el miedo.

Poco después empezará la función, su vida ha quedado relegada a esa cárcel marina donde se arremolinan expectantes los curiosos. Siempre les unen en esa pecera donde se fundirán en el agua sin sentirse, aquella piel que escondía sus cuerpos desnudos de la mentalidad humana no lo permitía. Solo acertaban a regalarse miradas el uno al otro como si de ello pudiera resurgir la libertad. En los altavoces se escucha, "el mayor espectáculo jamas observado, la primera pareja de  mutantes acuáticos en cautividad", y otra vez viene a su mente la palabra "Neopreno" aquella que esconde el miedo a no sentir jamás.

Matices

Mas romances en un mundo diferente en el Blog de "El Demiurgo de Hurlingham"