Caricia de sensualidad,
que recorre en acordes
de entregas
a la voz sinuosa y profunda
de quien la hipnotiza...
En su recorrido ronco,
se desliza atrayente,
acariciando el ritmo
de las notas perdidas,
en el ego dolido.
De sinuosas curvas,
ahoga su sonido,
en excitación destilada,
acomodada en sentidos de entrega,
y notas entre partituras...
Acomete su melodía muda
creada para deslizarse en caricias,
mezcla conjugada en humo,
de matices realzados
y livianos sucedáneos nocturnos.
Metal en destellos dorados,
Flor desojada, que acomete los pasos,
como vagabundo busca su camino.
Suena una trompeta,
acordes rotos sumidos en placer.
Matices
Si yo fuera vagabunda (magamunda, como decía una amiga) no buscaría caminos, pasarían bajo mis pies sin que yo les divisase...
ResponderEliminarBesito.
Algo tiene el Jazz, mezcla de sentimiento, desgarro, marginal...., algo especial que siempre toca el corazón.
ResponderEliminarPrecioso tema para acompañar un precioso poema.
Un beso
Que preciosidad acabas de hacer, has unido maravillosamente la voz que canta con las letras de tu poema.
ResponderEliminarMe chifla este tipo de jazz, me pasaría la noche aquí.
Un besote y disfruta.
Las palabras se deslizan como esa música y esa suave voz.
ResponderEliminarLindísimo Matices.
En el inicio, yo había pensado en una guitarra!...bueno, lo importante es la melodía y los sentimientos...
ResponderEliminarUn abrazo.
Sensualidad, desgarro, cadencia, de una voz preciosa que se deja querer (y quiere), en un seductor juego con la música por la que se desliza.
ResponderEliminarPrecioso poema como complemento a esa música de jazz.
Un abrazo.