La mar
aquel día se mostraba brava, las olas rompían en la orilla con fuerza… Angélica
había decidido salir a pasear, sin rumbo y perdida en sus pensamientos fue
consciente de lo que echaba de menos a su madre en estos paseos. Un resplandor la deslumbró desde
la arena y fue a encontrar algo que la sorprendió. Le
parecía increíble tener esa botella en sus manos y que estuviera
formando parte de una historia de amor, o de un
secreto inconfesable o simplemente de un juego infantil sin ningún
fin especial... observó el interior y decidió abrirla.
Dejó que sus dedos se
impregnaran de las sensaciones, rozó la cinta color púrpura que ataba aquel
simulado pergamino en el que el tiempo y la humedad habían dejado las huellas
de su paso... desató lentamente el lazo, tenía la sensación de estar invadiendo
un mundo que le era ajeno y que por una absurda casualidad se le regalaba la
posibilidad de poder acceder a él…
Su
flequillo tapaba sus ojos y la brisa marina hacía de las suyas silbando
alrededor de ella, lo apartó para poder leer, la letra le pareció especial,
como dibujada... Fue posando su dedo en cada palabra marcando el camino de la
lectura y sus ojos se abrían cada vez más a medida que iba descubriendo el
contenido.
Allí
decía...
"Mi
pequeña, hoy me encuentro en la playa
donde hemos pasado tantos atardeceres haciéndonos compañía cuando formabas
parte de mí. He hecho cómplice al mar y he mezclado mis lágrimas en sus aguas entregándole este mensaje. Puede que nunca te
llegue, pero necesito decirte que se me
ha negado la posibilidad de cuidarte. El dolor en mi corazón ha sido tan intenso cuando
nos han separado que creo que he rozado cercanamente las sensación que da morir en vida. Espero que algún
día mi sentimiento de profundo amor se aúne al tuyo y por alguna
extraña razón sientas que tu madre, aquella que no conociste, está
cercana y te quiere..."
Anne Marie
25 de Abril
de 1876
Angélica,
dejó caer sus lágrimas sobre aquel papel y las letras fueron
diluyéndose en aquellas pequeñas gotas. Alzó la vista buscando la
profundidad del azul, no le pareció
casualidad ni ajeno a ella aquel mensaje. Se le había ofrecido algo muy valioso,
un tesoro que guardaba el mar celosamente en sus entrañas desde hace siglos a
la espera de una destinataria, y ella había sido la elegida …
matices
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¡Qué romántico!
ResponderEliminarquè preciosa historia! què romàntico "matiz" le has puesto!
ResponderEliminarme he quedado pensando... y esa fecha le da un remate especial.
un abrazo
me has dejado completamente "boquiabiertado" palabra usada por Megamente y que creo que debería de figurar en el diccionario.... completamente sencilla pero imponente, un relato digno de leer para entender que dios existe en cualquier lado del universo, lamentablemente soy ateo, pero para los creyentes le cae como anillo al dedo, hermoso relato salpicado de destinos y aquella magia especial que podríamos señalar como causante de aquel momento, el amor de una madre que puede cruzar fronteras y el tiempo.... excelente entrada, besos!!!!!
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ResponderEliminarHa sido justificada tanta espera, cuando un mensaje llega a un destinatario que le hace honor.
A veces el universo conspira para que se arreglen algunas cosas, aunque sea en tiempos distintos.
Muy conmovedor.
Un abrazo :)
Ese mensaje era para ella, lo deseaba, lo esperaba y vino a su vida. Lo bueno viene a nosotros por estos motivos. En tu historia el circulo se cierra.
ResponderEliminarPrecioso Mati.
Hermoso!...ese tipo de magia seguro que no tendrá mejor lugar para encerrarse que en una botella lanzada al mar,esperando ser recibida en su momento...
ResponderEliminarUn abrazo
Rediez...QUÉ BONITO!!!!!!!, un placer inmenso degustar letras como las tuyas. Y si pensamos los blogs como botellas con mensajes, pues ya rizamos el rizo. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn beso
Desde el flequillo que se sopla para poder leer, me he quedado atónita...La mar es un camino navegable que devuelve las lágrimas saladas del pasado y en él, por afinidad humana, nos identificamos. Es posible este mensaje intenso depositado en la orilla de dos vidas a través del tiempo que de alguna manera se reconocen. Maravilloso, besito.
ResponderEliminaruna historia, creo yo, acorde con esta:
ResponderEliminarla mar mía era la noche. la botella no existía, pero bien pudo haber sido sustituida por algo inasible, al menos por algo que no tenía tapón...el caso es que la voz de mamá llegó a mis oídos. me llamaba por mi nombre. me sobresalté, por que aquello no podía estar ocurriendo: mamá acababa de morir hacía muy poco, unos meses...
no he vuelto a escuchar la voz, ni a ver una mar nocturna como aquella, ni a ...
medio beso.
Un emotivo relato, atrayente desde el vamos, con frescura y olor a mar.
ResponderEliminarMe ha impactado todo, esa mano acariciando el lazo, los ojos ávidos por la lectura, y esa especie de contacto íntimo, entre las letras, ella, y la madre atravesando distancias de tiempo y espacio. Nada es casual, eso dicen. Yo creo lo mismo.
Besos y lindo fin de semana!
Gaby*
Y yo te leo con la misma avidez... Un fuerte abrazo va en mi mensaje a la orilla de mi compu, con ruido y olor a mar.
ResponderEliminarQue historia tan tierna. A veces el destino nos elige para albergar uno o más mensajes en nuestra vida, y si estamos alerta lo mismo somos capaces de leerlos.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Hay mensajes que nos deben llegar y lo hacen en el momento justo, cuando estamos preparados para ello, y nos dejan cerrar todos esos círculos incompletos que se van dibujando en nuestras vidas.
ResponderEliminarExcelente relato, hermoso, tierno y emotivo.
Un abrazo enorme.
Una bonita y entrañable historia. La vida te puede cambiar en un momento con unas letras que te lleguen al corazón.
ResponderEliminarUn abrazo
El mensaje en la botella es un secreto, un sentimiento profundo que tal vez no puede expresarse abiertamente y se comunica al mundo.
ResponderEliminarY la eceptora vive esa historia ajena, pero que casi se le hace propia.
Un detalle, me habria gustado saber más de quien recoge la botella.
Besos, amiga.
No me imagino la tristeza y el vacío si te alejan de tu hija, un relato repleto de sensaciones y emociones. Muy bien contado, me gustó mucho. Besote
ResponderEliminarDelicioso cuento con tintes serios y trascendentes.
ResponderEliminarCompartir un texto después de los años tiene su magia y también su desconcierto.
Besos
Hermosa historia que conecta dos vidas distintas y distantes. El mensaje de amor de una madre a la que no dejan ejercer es eterno y conserva toda su verdad y pujanza a través de los siglos. No conoce fronteras porque es igual en todos los lugares del mundo. Tu precioso relato nos resalta la inmensidad de ese amor que está en los genes, que es consustancial con la maternidad.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu relato que aprecio lleno de "matices".
Un fuerte abrazo.
Precioso! Si es que ser madre es algo más fuerte que nuestra propia vida!
ResponderEliminarUn placer leerte!
Besos!!