Los días son largos, se lo decían sus pies de vuelta a casa. Sentada en el autobús, siempre iba enfrascada en la gran lista de cosas que debía hacer. Desde la ventanilla iba observando a los viandantes con sus prisas, los cambios en los escaparates y hoy, como novedad, una nueva publicidad en las balizas de la parada donde su trayecto tocaba fin. Lo leyó: "Sumérgete en el Mar Muerto".
Le hizo gracia, eso era imposible, ¿cómo sumergirse en un lugar en el que se flota?
Aquel llamamiento hizo su efecto. Ya en aquel entorno, el silencio la protegió y el agua la envolvió... Poco a poco fue dejándose llevar, su cuerpo se deslizó desafiando la gravedad hasta sentirse arropada por el medio acuoso. Sus pensamientos se agolparon mientras sus ojos se cerraban, iniciando un viaje dentro de su memoria. Como una película atemporal, pasaban los fotogramas de su vida: la abuela con su sonrisa eterna, mamá con su olor a vainilla y su ternura siempre presente; los cuentos de papá y sus besos volados al aire, los hermanos jugando al pilla...
No había lugar a los gestos propios, se dejó trasladar desnudándose de vida ante las sensaciones, hacia una regresión vital. Recogió sus piernas sobre su pecho, las sujetó con sus manos y reposó su mentón en ellas. Su cuerpo se fue girando gravitatoriamente hasta dejarla sumergida en posición fetal. Buscó el olor a vida recién nacida y no había nada: solo un estado iniciático de paz, un retroceso en el tiempo hasta su edad más temprana; flotaba en aquel líquido donde poco a poco había dejado los tiempos en pasado y presente, incluso los anhelos y las preocupaciones del futuro.
El reloj del universo se paró para que ella disfrutara del placer de sumergirse en el “no tiempo”, vacía de argumentos terrenales. No estuvo en el “Mar Muerto”, fue mucho mejor: sin salir del autobús, por una vez el tiempo se había detenido para que ella se sumergiera en lo más profundo de su alma…
Matices
Yo quiero!...al menos una vez quiero saber qué se siente llegar a ese estado de regresión. Creo además, que no muy distinta debe ser la muerte.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte,Nieves y felicitaciones por la impecable conducción.
=)
Buen viaje el de esta mujer. No el del autobus, me refiero al otro, claro está. Un simple anuncio le llevó a retroceder en el tiempo hasta llegar a momentos y lugares prácticamente insospechados. Tal y como lo cuentas parece hasta real. Supongo que la protagonista llegó a su parda y se terminó ese extraño y apasionante recorrido hacia al pasado, pero al menos pudo disfrutar de él mientras duró. Me ha gustado mucho. ¡¡Ah!! y enhorabuena por tu conducción juevera. Besitos.
ResponderEliminarDisfrutó de ese "no tiempo", en su Mar muerto individual y personal, lejos de los demás. Poseer algo tan agradable como la imaginación, combinándolo con el tiempo, es una gran satisfacción :))
ResponderEliminarBonitas palabras.
Un abrazo
Regresar a este estado de ingravidez, a esa sensación de tabla rasa primigenia donde todo está por llegar, envuelta en la paz de una bolsa de líquido amniótico, de esa postura de recogimiento fetal, mientras la vida a nuestro alrededor continúa, debe de ser una experiencia única. Me gustaría poder experimentarla alguna vez.La maravillosa sensación de estar al margen del camino donde el tiempo y el espacio reinan.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Hay que ver lo que una frase puede hacer. A mi me ha pasado alguna vez que otra. Preciosa regresión hacia el útero materno, el mejor sitio sin duda donde volver de vez en cuando y sentirnos flotar con el tiempo parado por unos momentos.
ResponderEliminarUn beso
Yo también quiero sumergirme en tu "Mar Muerto", qué sensación más atemporal y qué sensación de paz y de dejarte llevar.
ResponderEliminarMuy bueno!
Besos
Has conseguido Nieves, que sienta como siente la protagonista de este texto, paz, una paz inmensa. Felicitaciones.
ResponderEliminarBesos.
Te advierto Matices que en el Mar Muerto se flota, imposible nadar, se flota y casi se gravita.
ResponderEliminarSin embargo mejor el poder de la imaginación capaz de cualquier portento, de cualquier viaje, hasta el mismo útero flotar en la antesala, verse naciendo, ver y sentir cada gesto y persona marcha atrás en el tiempo, parar a gusto en un recuerdo en un instante.
El viaje en bus puede otorgar ese tiempo, se está a tiempo, se manipula el tiempo, se reinventa, se disfruta en otro tempo, siempre y cuando se tenga esa facultad de saber nadar en mares aparentemente muertos.
Felicitaciones conductora amable, he nadado ese tiempo y me siento renovada.
Besitos muchos, saladitos y cariñosos.
hermoso relato,un retorno a la esencia a la nada de la que procedemos, a el instante inicial de nuestra creación, a la Verdad
ResponderEliminarQue delicioso viaje hacia el centro de ti misma, que recorrido por las sensaciones y por los sentimientos, que mar de rumores has descrito para que nos salpique el alma... Yo te espero en la orilla de ese "Mar Muerto"
ResponderEliminarUn beso
saboreó prácticamente la muerte, en un suspiro de vida, del que muchos no consiguen por más que se esfuercen, el regreso hacia el paraiso que todos desean que dure para siempre, no es un mundo lleno de luces ni de ángeles por las nubes, es simplemente eso, el mundo de paz que todos llevamos dentro y que no podemos saborearlo por completo hasta llegada la hora exacta de la muerte, encontrarse con tus seres queridos, en un encuentro que sin medidas de tiempo, durará para siempre...
ResponderEliminarCre que muchas veces nos hace falta ese tiempo y nos lo robamos nosotros mismos a veces sin saberlo... ese querido y amado tiempo, que nos dice y nos enseña realmente quienes somos y que es lo que realmente necesitamos y queremos...
ResponderEliminartiempo para nosotros mismos... para simplemente conocernos y reconocernos
Cada uno puede ver ese "viaje" de manera distinta. Lo bueno es saber que, sin movernos del sitio, la mente o el "alma" es capaz de traspasar la materia y trascender todos los límites. Volar con la imaginación o incluso emocionalmente.
ResponderEliminarBuen trabajo.
Un saludo,
Ramón
Mmmm, me has hecho recordar, cuantas veces he jugado con ese estado en autobuses, trenes, aviones... Me ha encantado tu historia, Matices.
ResponderEliminarFelicidades por el tema de esta convocatoria.
Un fuerte abrazo.
Una extraña experiencia, ese retroceder, ese quedarse aletargada sin que un tic tac venga a decir nada... nada de nada... atemporal y suave... esa fue la sensación que me transmitió tu relato. Muchas veces en el diario transcurrir se desea íntimamente sentir algo así.
ResponderEliminarLamento Matices no haber participado en este jueves, pero leerles me ayuda a sentir que a pesar de no intervenir, formo parte de él:de este tiempo compartido que considero muy valioso.
Besitos al vuelo:
Gaby*
Yo quiero, yo quiero sumergirme en ese mar de calma. ¿Sabes? de no ser una miedosa, me encantaría hacer una regresión y que me llevara hasta el vientre materno, sentirme flotando en la paz que tú describes de forma genial.
ResponderEliminarMenudo nivelazo, cada semana están mejor que la anterior, y eso que no los leo a todos. Vamos a ver si tengo tiempo este fin de semana y los leo a todos, esta tarde he disfrutado mucho con el tema del tiempo. Un besote y buen finde.
Nos pones en situación de envidiar el poder tener el control o la capacidad de acceder a la intemporalidad. No conozco a nadie que lo haya logrado de una forma tan clara y evidente pero debe ser una experiencia única si se logra.
ResponderEliminarUn beso
Alli habitan las cosas mas importantes. El tiempo parece no avanzar. Uno viaja a todos lados con la mente, incluso a través del tiempo. Un beso
ResponderEliminarQuisiera tener ese don, sumergirme en mi alma, y detener el tiempo para encontrar la paz.
ResponderEliminarEs un relato hermoso, que me sumergió en tus palabras.
Un abrazo enorme!!!
Que fantasía más maravillosa, volver a esos orígenes, al comienzo.
ResponderEliminarGracias por la convocatoria y lamentar que el implacable invitado central, me avise que acabo de terminar este trayecto. Ya vendrán nuevos tiempos para el encuentro. Saludos y nuevamente gracias por la iniciativa!
Qué bueno Nieves!!! da ganas de encontrar esa capsula espiritual en la que encerrarse y expandirse...
ResponderEliminarBuscar y encontrar el tiempo propio o el no tiempo... algo que de vez en cuando conviene ejercitar.
Besos y abrazos mil.
Precioso relato. Que lindo sería escapar a un no tiempo.
ResponderEliminarSaludos