Des ata- me...
Vuelves a atar mis manos a tu pensamiento,
dándole otra vuelta a mi condición.
La piel vuelve a mudar,
durante unas horas será frágil
al roce del nudo en la seda.
No hay dolor donde no hay corazón...
En el baile de los malditos
muestro el contoneo en el límite.
La desnudez de las pieles
no tiene reflejo en la oscuridad.
Posesión en cuerpos que comulgan...
No hay dolor donde no hay corazón
Traspasemos el muro de las lamentaciones
exhalando los efluvios del placer
que nos regala el juego impuesto.
No hay reglas en la dimensión desconocida
llamada curiosidad...
No hay dolor donde no hay corazón
matices