Sus movimientos suaves, pausados, la hacen levitar; sus piruetas se traducen en aire al trasluz de su vaporoso vestido, la timidez inicial se transforma en fuerza a la vez que sucumbe internamente a la pasión que le provoca ese instante mínimo. Se deja envolver por el elixir dulce de los los acordes... y gira, gira... El dolor desaparece cuando vuelve a tocar en puntas y es así que fluye dando brío al sentir, a la energía que se apodera de ella consumiéndola en placer.
Estira sus brazos quedando en pose alada, a la vez que la luz que hasta ahora le daba calor y la perseguía se desplaza. Su brillo permanece en aquella esquina del escenario y su temple sigue atrapado, su respiración suena como eco para ella que renuncia a este por sentir las caricias de la música hasta que la luz llega acompañada de él, nota su presencia. Al ritmo tenue del compás le crecen las alas, a la vez que siente la fuerza de sus manos atrapando su cintura. Cuenta antes de emprender el camino hacia el cielo, un, dos, tres... "firefly", alza el vuelo, cerrando sus ojos justo en ese segundo de eternidad que se produce en cada función. Contiene la respiración y se deja ir al son de los aplausos. Cuando posa de nuevo en la tarima la luz se va matizando a la vez que ella, etérea bailarina, se va apagando en su voleteo hasta dejarse caer cual desfallecida luciérnaga una vez el reflejo desaparece, y vuelve la oscuridad.
matices
Fascinante, una mujer que en ese momento es como una sílfide. Muy bien escrito.
ResponderEliminarUn texto de una gran exquisitez, me has trasladado a ese escenario.
ResponderEliminarMaravillosa levedad de esa "firefly" en ese "pas de deux" en levantada.
Me ha encantado.
Un beso y me voy ejecutando "un grand sissone".
Leonor
Sí, siempre he creído que los artistas deben tocar el cielo con la mano en cada actuación, debe ser maravilloso.
ResponderEliminarExcelente!!! En casos como el que narras, la función está fuera del escenario y en el escenario está la vida.
ResponderEliminarUn beso
Me ha parecido precioso, a la vez que sencillo. Un beso.
ResponderEliminarPrecioso momento que al cerrar sus ojos vuela con sus pies, un momento tan intimo de placer, aunque la traiga un publico que rompe en aplausos. No hay dolor de puntas que pueda con lo sublime de levantar vuelo.
ResponderEliminarGracias Matices, por acompañarme en estos segundos eternos y placenteros.
Un abrazo :)
Sensible y sensual. Bss.
ResponderEliminarQue suave, delicado y sutil relato me ha encantado, muy bello
ResponderEliminarMe has transportado... Camino a la levedad, a la sutil gracia, a lo etéreo. Debe ser una experiencia maravillosa la de gozar del don de ser casi una chispa de luz sobre el escenario. Tu manera de contarlo, una delicia. Qué gusto! Me e n c a n t ó!
ResponderEliminarBesos!
Gaby*
Música en las palabras, etéreo vuelo de quien se siente artista.
ResponderEliminarUn besazo
Ha sido una gozada leerte. La imaginación ha volado por ese escenario cuajado de magia que tan bien han descrito tus letras. Maravillosa representación.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lupe
Es como el último respiro que se ofrece antes de dar todo lo mejor de ti...
ResponderEliminarBeso y café, compi.
Precioso !! los segundos se elevan al compás de la sutileza de una mujer, que se abstrae con tan bellos sentimientos...me llego a la piel y lo senti dentro. Gracias.
ResponderEliminarBesos amiga.
Preciosa descripción de ese baile y sobre todo del momento del vuelo, un segundo, que parece una eternidad.
ResponderEliminarUn abrazo
Sensibilidad, belleza, gracilidad, sensualidad... todo eso y más en tu segundo de eternidad.
ResponderEliminarGenial!
Un beso!!
El dolor desaparece cuando la mágia la invade.! Que preciosa imagen! Matices has dibujado este jueves.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo que me maravilla realmente es el enorme esfuerzo, el ímprobo trabajo, que hay detrás de esa percepción sutil, leve, alada,etérea, esa apariencia de ingravidez que transmite la bailarina.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Un texto lleno de matices. Corta vida la de las mariposas aunque nos alegran la vida, luego ya es una vida provechosa.
ResponderEliminarUn beso
Deliciosa metamorfosis, a pesar de que en tu contexto, tan aparentemente liviano, metamorfosis se siente como plomo.
ResponderEliminarY la música, excelente.
Un abrazo!
No se por qué pero me ha recordado las actuaciones de mi hija en los teatrillos infantiles, ese estar, la inquietud, la risa nerviosa, la luminosidad y el aplauso.
ResponderEliminarDe una belleza tus palabras que abruma.
Un beso
Etéreo, suave, mágico. El espectáculo de tu relato, nos envuelve en la bella eternidad de un segundo de esplendor y entrega apasionada.
ResponderEliminarun fuerte abrazo, Nieves (la imagen de la portada como siempre es muy bella)
Según leía, me iba adentrando en ese escenario.Un relato precioso.Un saludo
ResponderEliminarUna joya!!! Eso es tu relato Matices.
ResponderEliminarEstá escrito con una suavidad que acaricia, más allá de que la historia es hermosa. Me encantó!!!
Un beso.
Te ha quedado redondo, poco que decir, tú lo dices todo en este relato.
ResponderEliminarBesos.
ah, què maravilla!
ResponderEliminarse han humedecido los ojos y se me ha volado el alma con esa fràgil lucièrnaga.
chapò!