domingo, 20 de enero de 2013

Sueños nómadas


Alejandro Rosemberg

Vagabunda silenciosa de la vida,
desmadeja el intenso dolor
que la aleja del camino de retorno.
En su entorno la esencia
de los sentimientos deshilachados
que cuelgan de su desnudez

Mendiga de besos y caricias de piel,
a las puertas de los cielos
busca los sentidos... 
Desnuda el alma,
colgando los harapos de lo vivido,
 en palabras que nadie escucha

Caminante errante del relieve,
descalza sus pies,
cansados  de recorrer
 en  lento compás  rincones perdidos,
dibujados en instantes añorados
 en el papel del olvido

Bohemia en la oscuridad de la noche,
hacedora de inacabados
abandona efluvios de su existencia
buscando limosnas 
que la eleven en la memoria
hacia los sueños huidizos...

Matices


9 comentarios:

  1. Yo quisiera ser lo contrario, la hacedora que comienza y cabezona para terminarlo; muchas veces lo consigo y si no lo termino es porque ya no me interesa.

    Beso y café, amiga querida.

    ResponderEliminar
  2. Seguro que esta hacedora después de buscar encuentra loo que siempre fué suyo.
    Precioso ritmo Nieves.
    Un abrazo al compás.

    ResponderEliminar
  3. Lo mejor es levantar la cabeza y el corazón, porque quien mendiga amor, es el peor de los mendigos.

    Precioso poema.
    Besicos.

    ResponderEliminar
  4. Me quedé en la intriga acerca de quien o que es. Misterio poetico. Poesia misteriosa.

    ResponderEliminar
  5. simplemente una vendedora de besos y de piel, es así como ella se autodefinió, mientras empujaba el licor de la copa, como si fuera un pistolero descargando el fusil intentando matarse, más yo no la veía como una vendedora, tan sólo era una mendiga de besos y de piel, que recogía migajas de donde nadie las quería.... me ha encantado tu entrada más tu imagen, precisa y perfecta, trayendo recuerdos que pensé tenerlos sepultados en algún lugar de mi ahuecada memoria, se llamaba celeste, nunca más la violví a ver, pese a que la busqué, simplemente me dijeron que estaba desaparecida.....

    ResponderEliminar
  6. acabo de leerte tan cálida y dulce como eres, y me dan escalofrío pensar en lo serios antipáticos y fríos que son en esa ciudad tan triste donde te encuentras

    ResponderEliminar
  7. Que belleza... un soplo de realidad irreal, que envuelve.
    Me ha encantado.
    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  8. ¿que tal si los sueños son nomades, son los mismos visitando a distintos soñadores? A algunos más de una vez.

    ResponderEliminar
  9. Tintes de soledad.
    A veces una se desmadeja, se deshilacha... pero, con una agujita fina, puntada por puntada, puede al menos bordarse un sueño que quiera quedarse con uno...
    Qué bello escribes!
    Besos!
    Gaby*

    ResponderEliminar

Tu matíz...