¡¡Feliz 2012¡¡ ahh.. ¿qué no es la hora?.. Si, cierro aquí hasta mi regreso pues la cobertura es pésima y el paisaje me reclama, hasta la vuelta y disfrutad de estos días.
Hoy me lo habeís puesto muy dificil, tanto que me cuesta resumir un año lleno de sensaciones, todas positivas... de tantos jueves y sus temas, unos mas irreverentes y otros más amables pero siempre cercanos a las musas que producen inquietudes.
He matizado, como decís muchos, en colores y en ocasiones en claro-oscuros, he difuminado los mismos en palabras para intentar llegar siempre a tiempo a las convocatorias y si podía a vosotros... Ni que decir tiene que leer vuestros comentarios ampliaba el significado de lo que expresaba, dándole matices en multicolor e invitaciones al divague... al igual que leer vuestras visiones de ese mismo tema en vuestros rincones, llenas de una inventiva, realidad o historia que siempre me hacía reconocer que el mundo de los "jueveros" pinta en colores que expresan que son gente especial...
Al final solo me queda reconocer que hay un poder de convocatoria, que pasa el testigo, que se comparte y une... que llega y atrae, que ofrece y respeta, que se reinventa cada jueves y con el que deseo y espero compartir un año mas, eso sí, siempre con vosotros, amig@s... ¡¡Feliz 2012!!
Y hoy no pongo música que estas cosas me hacen ponerme muy "sentimentaloide"...
"Tal vez no debamos olvidar en este año que termina,
hacia donde debemos dirigir nuestras miradas
buscando el respeto hacia lo humano
y lo que parte de uno mismo
aquello que se puede ofrecer a los demás...
Restaurar los valores,
reconocer lo que tenemos tan cerca,
es realmente la esencia,
poder disfrutar del regalo que nos ofrece la vida,
la madre tierra,
es conocer lo que nos sustenta
y nos da sin pedir nada a cambio,
respetemos lo nuestro..."
Me gusta este trabajo de colaboración entre varios cantantes con GreenPeace, el videoclip se estrenó el 16 de Diciembre sobre las velas del Rainbow Warrior II en el puerto de Barcelona. Iniciativas...
Una canción y unas imágenes que resumen un año en el que se han vuelto a repetir tantos desastres contra nuestra naturaleza y se ha atentado contra los propios derechos inherentes al ser humano. Teniendo en cuenta que es la única herencia que tenemos, echemos las vista atrás ante otro año que termina y seamos conscientes de la desazón de un mundo que agoniza ante nuestros ojos...
Matices
"Sabemos que el dilema mundial de la carencia en medio del esplendor; es una creación de los seres humanos y que puede ser revertida por los propios seres humanos".
-¡¡Voy a Bastos!!- dice Baltasar, en medio de la algarabía de aquel bar de barrio marginal, que hoy cambia su fisonomía de jubilados que distraen sus horas alrededor de un chato de vino y amigos, por una función muy especial...
Gaspar, anda, sírvete algo que Baltasar me da el día y yo voy a oros...- replica Melchor…
No me andes con prisas, que ando ajetreado con el cuerpo de pajes y me traen loco, a mi me da que van con dos copas...- le contesta Gaspar guiñando un ojo a los vejetes que celebran en la barra...
-¡¡Por cierto!!, María y San José, ¿dónde andan? – vocifera el pastor de ovejas, mientras se coloca el zurrón...
- Pues detrás de las cortinas dándose arrumacos el uno al otro, ya te dije que no era buena idea, están a todas horas en las mieles- contesta la lavandera que atusa y hace carantoñas al niño Jesús. La pescadera arregla su puesto y entre risas le dice a la otra- anda que ya les vale y el padre del nacido es Herodes, ¡¡a quién se le cuente!!...
Mientras, Herodes prepara el cuerpo de armados con sus plumajes en casco al lado de la muralla de cartón piedra, -le lanza una sonrisa y le dice - y tuyo...¡¡niña!!, tenemos los papeles cambiados en este sainete.
Sentada, la pequeña Isabel, observa lo que allí acontece sin entender nada, calla y espera ocupar su lugar en aquel batiburrillo. Con su pequeña manita metida en el bolsillo del abrigo, aprieta un montón de papeles que guarda pintados en colores, es su carta…Quiere entregársela a los Reyes pero le puede la vergüenza, no sabe como acercarse, ¡¡son tan grandes!!…-se dice-
Alguien la coge de la mano- ¡¡vamos pequeña que hay que colocarte en tú lugar!!, casi sin pensarlo, ella corre desesperada hacia los Reyes rompiendo el cuadro escénico y se dirige a Baltasar entregándole su carta. Este levanta la mirada y le dedica una sonrisa. La abre y lee ¿sólo pides una muñeca?- le dice sorprendido…
-Si, Baltasar, pero quiero pedir otra cosa ¿puedo? - él asiente, sonriendo por el desparpajo de la pequeña.
-Mi papá dice que ojalá le traigan un trabajo que está desesperado, eso quiero, ¿se lo traerá?
El silencio se hizo en aquel humilde local, donde unos vecinos se reúnen a hacer el día de nochebuena más grato, Baltasar, no sabía que decir, le guiña un ojo y entristecido, agacha la cabeza, mientras farfulla entre susurros y maldice los tiempos que corren.
Ella se sonríe, desplegando todo el brillo que la ilumina. San José rompe el momento, la coge en brazos y la pone en su sitio, ¡¡bien arriba!!. Todos se quedan mirándola, sin saberlo se había convertido en la protagonista de aquella función navideña. Isabel es la "Estrella de la Ilusión", la que ilumina el camino de los sueños y la esperanza...
"La vida no es un sueño", son palabras que conforman la realidad actual y que cuando llegan estas fechas hacen que muchos piensen que conviven en un mundo imperfecto e insolidario con el propio ser humano.
Ese mundo, que es el mismo para todos, se encuentra lleno de desigualdades, clases y tiempos, donde los conceptos utópicos vuelan siempre por los cielos de los soñadores, sin llegar a formar parte de la realidad...
Todos tenemos un sentimiento común, vivir la vida, disfrutar del camino que nos toca y que a veces se bifurca según los acontecimientos moldeando la vida del ser humano, su bagaje y lo que acontece en ella. Si deseas ver el contenido de tú mochila supongo que en ella puedes encontrar algo que llena tú corazón, algo que se perdió en el camino y un deseo, algo que vendrá y si miras bien, más al fondo, el amor, el motor que nos ayuda a andar una senda elegida donde a veces nos perdernos o volvemos a reencontrarnos.
Otro año que se acaba con su tempo acompasado, sus sonrisas, recuerdos e instantes inolvidables, que nos llevaran, por un espacio corto de tiempo, a olvidar que el que acaba caótico y sin rumbo por los acontecimientos vividos, a veces nos demuestra que hay una pequeña luz que alumbra un único camino y que puede mantenerse viva gracias a lo bueno del ser humano...
Felicidades, amig@s...
Esta es mi felicitación para ti, y va dirigida a todos los que desde sus blogs logran con palabras, imágenes y música acercarnos a las vidas de miles de seres humanos que sufren, viven y vagan por el mundo buscando un camino común solidario, el de la igualdad... Va por sus aportaciones, por sus comentarios dando su punto de vista sincero, y por los que ese empujón les hace estar activos de una opinión o solicitud.
Al fin y al cabo, por la esperanza a tener un sentimiento aunado donde expresarnos en la libertad que nos brinda el espacio, por eso os dejo una felicitación... y os deseo
"que los sueños algún día sean una realidad de vida..."
Ha sido Gus y su ejercicio de interrogación el que me ha hecho pararme a pensar porque había elegido esta foto y si, cuándo le envíe la foto a Mónica, solo pensé que no estaba mal y podría ser...
Una foto, tal vez la primera que por decisión propia publico y es especial, porque en ella he visto mi sonrisa. Pensareis que es absurdo, que todos conocemos nuestras sonrisas, pero verla, saber que hay tras de ella no lo sabía, y si, había muchas cosas que a veces en el día a día creo que perdemos, ilusión, capacidad de soñar o más bien de hacer realidad los sueños... y me lo ha contado mi propia sonrisa, a mi, que me conozco tanto.
¿Sabeís? esa foto me gusta y la explicación es fácil, es mi sonrisa abierta e ilusionada, tal vez.. ¿la de una niña?, que bonita sensación es pensar que uno puede volver hacia atrás y disfrutar con la libertad de los sueños mirados con ojos infantiles.
El monstruo me encanta, eso si, siempre desde mi punto de vista más infantil. :)
Anda cabizbaja siempre mirando al suelo, parece ir contando las cuadras que identifican sus pasos como caminos siempre eternos. Se acerca a la fuente e introduce sus manos en el agua dejando que estas se sumerjan en aquella, fría y helada. Tiene la sensación de fusionar su piel en aquel fluido, sentirse líquido a la vez que el dolor va estirando su piel hasta parecer cortada por cuchillo. Lava su cara, no le tiene miedo al frío y cuando el sol acaricia sus mejillas siente como estas se queman al efecto de la luz. Después maneja su pelo con las manos húmedas, adivina en ese espejo acuoso su peinado e intenta lanzar a esa imagen, que dice ser ella, una sonrisa de agrado. Hoy es domingo tiene que estar presentable.
Cuando termina el catecismo de costumbres, se sienta en un banco de la plaza, allí espera y observa como los niños juegan; le llega una pelota a los pies y tiene la intención de cogerla pero deja que el niño llegué hasta ella, sabe que es mejor. Este agacha la cabeza, no la mira y antes de recoger la pelota - le dice- perdone "Señora Salvaora". Ella esboza una cálida sonrisa mientras él corre al encuentro del resto.
El reloj de la Iglesia da las media, a la una empieza la misa. Le gusta ver como despacio la plaza bulle en colores de domingo, se llena de gente y algarabía complaciente. Desde su banco visiona recuerdos arremolinados de infancia y juventud, es cuando en ellos aparece Marcelo y se deja ir con tristeza. Poco a poco la plaza se vacía, los colores aparecen sosegados bajo el movimiento del viento que los mece y ella se levanta para iniciar su camino hacia la Iglesia, donde ya están todos. Siempre entra la última, escucha tras la columna, todavía creé cuando está lúcida, albergando esperanzas a la vez que una gran pena, es cuando sus lágrimas hacen surcos en su cuarteada piel y entre ellas le promete a su virgencita que no beberá más...
Diez minutos antes de que termine se presigna y sale, se sienta en la puerta, estira su raído chaleco verde, repeina su pelo con los dedos y esconde sus piernas bajo la falda... agacha la cabeza y estira su mano, siente vergüenza pero sucumbe ante el dantesco espectáculo del cuchicheo hipócrita, aquel que deja paso al tintineo forzado de una moneda que se entrega al Dios Baco pagano a las puertas de la Iglesia... Dentro el dolor de su dependencia y por último la reprimenda de Don Pepe, el cura...
-Salvaora, ¿otra vez?, el domingo pasado me prometiste...- Don Pepe sigue hablando, pero ella no lo escucha, solo espera que se aleje mientras saborea entre sus manos los cuartos para vino. En su mente ya todo es gris, nublado, sus promesas se desvanecen y la pena queda perdida..
Son las seis de la tarde, a sus pies llega una pelota, ya no se acercan; hace una hora que vocifera su vida a todo el que no quiere escucharla... Ella se levanta torpemente le da una patada a la pelota y cae al suelo en el impulso, los niños la miran y de momento un estruendo de risas y gritos, "Salvaora la borracha" y allí, allí queda durmiendo bajo los efluvios del olvido, del miedo a la soledad. Es cuando sueña con "su Marcelo" y como la quería, son horas de amor, de ilusiones que partieron diluidas en estampas manchadas de etílicos recuerdos de abandono... tan reales...
Hay un sentimiento en todos los que dejan atrás su casa, su familia, una herida de dolor y a la vez de amor. El extranjero o el inmigrante sienten interiormente una misma desazón, la vuelta a las imágenes amables de la familia, del país, las costumbres, unido a no encontrarse en "tierra propia". Supongo que es cuando uno siendo "país" interioriza y se convierte en una "isla" llamada "Nostalgia", dejándose ir hacia los pequeños fotogramas amables que conforman su vida o sus sueños.
Destaco así la inmigración femenina, esta tiene tras de si muchas connotaciones de aspectos dolosos, hijos que se quedan atrás, prostitución... muchas de ellas, recrean vidas inventadas, sueños irreales para los suyos, sin evidenciar el dolor que sienten en realidad por su precaria situación laboral, unida al sentimiento de nostalgia y desarraigo. Hecho en si que considero común a los dos sexos, pero con diferentes matices.
Hoy os dejo un fragmento de una película "Princesas", o mejor dicho, varios en uno. Da pie a reflexiones sobre los desarraigos comunes a las personas, aunque con acepciones diferentes y no por eso distintos, se puede ser extranjero de uno mismo simplemente porque la vida es dura y no le ha dado lo que uno desearía, y a la vez hay otras lecturas parecidas al sentimiento de desarraigo del inmigrante, que por un lado no encuentra el mundo de oportunidades que buscaba y por otro siente lejos "su lugar".
Por el cristal se deslizan las gotas en carrera una tras otra golpeando en un silencioso caminar su memoria, su mirada vaga y nublada adivina que es así. Todavía no es de día, ha decidido levantarse pues las horas tendido en esa cama le pesan en los huesos y hacen que el dolor sea retorcido. Nunca ha conocido el descanso, nunca.
Eric sentado en su silla escucha el pitido de la cafetera, le recuerda, mal que le pese, al sonido de aquel tren anunciando su llegada al lugar donde su infancia no existió y que lo llevó al sueño en tránsito. Se levanta de la silla con mucho trabajo, día a día todo se conforma alrededor de los sonidos que pasados los años siguen dándole lecturas, su vida está escrita en ellos…
Al sentarse de nuevo oye el crujir de sus rodillas, los años no perdonan- se dice- coge la taza y estira su brazo dejando su muñeca a la vista, es cuando sus ojos adivinan el dibujo difuminado que en ella permanece, siempre esboza una sonrisa, un guiño al diablo que le hizo portador de un número y terminó como posible perdedor en el trueque. Cada paso que da le recuerda quien es, es el castigo de pertenecer al "Club de los excluidos", al sordo grito interior que hace mella en su corazón.
Sus recuerdos lo conforman la fila, los gritos, el miedo a lo desconocido y sobre todo "el secreto", ¿porqué nadie se lo contó? era un niño en un lugar inadecuado- pensaba-. Recuerda a Matías, era músico, él se encargaba que una vez se hiciera la "selección" los niños corrieran al barracón, sus pies se clavaban en el barro y la dura carrera se hermanaba con el pánico al escuchar los lloros de los que iniciaban el camino hacia su "suerte" tras de ellos. Era entonces cuando aquellos niños asustados cantaban bajo la dirección inquieta de Matías. No acertaban a entender porque él se empeñaba y gritaba ¡¡mas alto, mucho más alto!!, sus gargantas subían el tono tanto que parecía como si la voz en cualquier momento pudiera quebrarse bajo esos agudos ensordecedores… Luego, aquellos ángeles estrellados, huérfanos en muchos casos, callaban extenuados por el esfuerzo y Matías, con la cara desencajada - les decía- ¡¡enhorabuena!! pertenecéis a un exclusivo club… el premio, los sonidos del silencio.
Ahora, con los años pasados conoce el secreto y porque su canto se convertía en grito protector, eran los excluidos de la "muerte dulce". Gritaba de miedo con la fuerza que este le daba. Sabía y conocía su estigma, tenía número de socio, un logo zurcido con forma de estrella de cinco puntas y un uniforme. Aún su corazón sigue gritando en la noche, y al amanecer cuando la sirena de la fabrica suena, él ya está preparado en la fila, solo espera que alguien le cierre los ojos en un gesto dulce y poder descansar en paz dejando libre la plaza otorgada en tan privilegiado lugar.
El motivo de adelantarme a la publicación de este jueves es que acudo también a la reunión de amigos jueveros en Valencia, os dejo así mi relato... Gracias a todos!
Canadá, 2009
Nadia, pierde la mirada tras la ventana. Pasa horas metida en aquel cubículo donde sus deseos se hacen realidad. Hace días que el cielo la atrae en exceso, las nubes o tal vez la paz que se esconde en la claridad de un día que abre en limpio, azul Prusia, magenta. Los amalgama con la espátula, buscando la exactitud de lo que observa en su paleta. Siente su presencia tras ella, sus sensaciones cromáticas son más provocadoras si caben...
Esperaba que le susurrara solicitándole su presencia ante él. El olor que desprendía la habitación, aquel con el que comulga diariamente, mezclas de trementina que corrían a través de sus pituitarias, la trasladaban a satisfacciones en forma de placer y futuros inciertos... Cierra los ojos, se estremece, saciándose enblanco España, las sábanas enrolladas en su cintura en una cabalgadura lenta, espaciada, cuando su cuerpo se torsiona hacia atrás y muerde su labio inferior en un gesto sensual, vuelve a la realidad apretando el color contra su paleta en Bermellón, traduce en pasión...
Buscaba en su interior el camino, la dirigiría hasta templarse en sienas tostados, el pincel se paseaba por su boca mientras lo observaba... con la espátula mezclaba en un ejercicio premeditado. Me desea -pensaba-, su cuerpo se estremece, lo siente entre sus piernas, vuelve a cerrar sus ojos muerde el pincel entre sus labios y se deja hacer en la humedad a la que la desafían los tonos, explosión en amarillo cadmio, éxtasis...
Traza, construye, desliza en medidas, conoce el fin hacia donde le llevan los devaneos con su lienzo, juega sobre el virginal blanco hasta acorralarlo en color y al final, vuelve a sus ensoñaciones, le conoce. Nadia soñaba un vuelo sin retorno al cielo, el éxtasis momentáneo y el sitio que la había elegido era "La Petit Mort Gallery"... orgasmicamente incorrecto, plástico, ecléctico -piensa- se observa en el espejo del baño, brillo en los ojos, humedece sus labios y decide salir, el fragor de una nueva inauguración en busca de una crítica devastadora hacia una exposición controvertida.
En el tríptico de la exposición su "Intemperance", la sala se iba llenando..."
¿Por que extraño motivo el coche se paró en aquel lugar?, solo acertó a pensar que al menos estaba cerca de una población, intentó sin resultados volver a arrancarlo y al no tener éxito, bajó del mismo. La noche era cerrada , después de propinar una patada al neumático y gritar improperios al aire, decidío comenzar su camino… , levantó los cuellos de su chaqueta y metió sus manos en los bolsillos, hacía frío. A los lejos oía el rechinar de lo que le pareció un cartel colgado en la puerta de algún establecimiento, hipnotizado por aquel sonido lejano iba marcando sus pasos perdidos.
Se olvidó de ese ruido chirriante, detecta el silencio casi sacramental de esa población y empieza a buscar luces en los balcones, locales abiertos, nada, no hay nada, tan solo el ruido de las luciérnagas chocando contra las farolas. Se inquieta. El chirriar de aquella placa volvió, agudizo oído y aligero sus pasos. Quería saber que lo producía, al final de la calle una puerta iluminada y el "bendito cartel" de chapa su lectura lo deja frío, "El Sueño del Diablo", entendió que sería un lugar de alterne y se sonrío... "¡¡que esperaba a medianoche!!, ¿un desavío oriental?, ¡¡estaba claro!!".-pensó-. Decidió pasar por la puerta, una chica de cuerpo pequeño, decrépito y ojos grandes le asaltó a la altura del local, denotó en su mirada el desgaste de la mala vida y los años. Le incomodaba, ella le increpó con un hilillo de voz...Oiga señor, señor…¿me escucha?. Siguió su camino sin mediar palabra, en ese momento la cara de la mujer cambio, sus ojos se agrandaron y lo miró fijamente.
No daba crédito, "¡Esta broma va demasiado lejos!", -se dijo- , el coche, la hora, el pueblo casi fantasmagórico y ahora ¡¡la novia cadáver!!. Unos golpes contra el cristal seguidos, rotundos e impacientes le despertaron. Cuando logra reincorporarse mira por la ventanilla del coche, una puerta iluminada y un cartel chirriante. Su corazón empieza a latir más rápido, era la mujer pequeña, decrépita con ojos grandes y verdes de su sueño, que le increpaba, - Oiga, Oiga señor...¡¡despierte maldito diablo!!, soy la "novia cadáver", haga el favor de mover el coche la fiesta va a empezar y en la puerta no puede estacionar...".
Iniciaste un camino de locura, Decidiste subyugarte a un sueño. Observaste tú propia ceguera. Laceraste con estigmas tú corazón Amaste traspasando los límites. Traicionaste tú alma en el intento. Renunciaste a la realidad. Ambicionaste lo negado. Dirigiste tú vida… Adorando a una deidad, "Idolatrada".
En medio de aquel largo pasillo desvirtuado por la perspectiva de la situación se encuentra Ángela, de tez blanca y bellos tirabuzones "blanquirrubios", denotaban en ella que los años habían hecho su trabajo dejando las marcas a la vista del paso de los mismos. Desde donde se encuentra puede ver su mundo en un viaje hacia el pasado y se pregunta ¿dónde estoy?...
Hacía años que iba a trabajar en bicicleta, paseaba por campos verdes de grandes arboledas hasta llegar allí, el sanatorio. Jugaba con la idea de que era una más de ellos y cuando bajaba de su bicicleta para franquear la puerta ya había paseado su vista, llenado sus pulmones de aire limpio y dibujado una sonrisa que no borraría en toda la jornada. Era conocida por todos, Angela, "dulce como el olor a jazmín y de distraída conversación con matices sabor a hierbabuena", fue como la describió el poeta de los sueños, aquel que se sienta al lado de la ventana a recitar cada día aquellos poemas que escribió antes de protegerse tras el cristal. En el pasillo está Magda, "la dulce Magda" se sienta con una elegancia inusual siempre en la misma silla, aquella que está ajada por los años pasados y el olvido, siempre la llamó la atención su pulcritud, su trastorno obsesivo es ese mandil blanco y con puntillas que alisa continuamente a la caza de alguna arruga que estropee esa pose estudiada, siempre dispuesta para que algún pintor quiera reflejar ese instante en un lienzo.
En su paseo va viendo a cada uno de ellos con sus juegos personales, sus rutinas, aquel lugar lleno de carcajadas perdidas, de cantos de sirenas que envejecieron y artistas de hipérboles surrealistas son su vida, unos van, otros vienen y algunos tan solo no están, solo dejan la huella de su cuerpo vagar por los pasillos, carente de vida en ese mundo.
Había salido al jardín a fumar ese último cigarro, siempre se decía lo mismo, sobre todo porque el pedalear a veces le pesaba y esa cajetilla diaria enfundada de rosa le daba claros avisos. Cuando entró, saludó a Magda con un abrazo,c del cual ella se sajaba apenas sin mirarla para recolocar su pose.
-No se lo cuentes a nadie, ha sido el último- , se miran, se sonríen y Angela sigue su camino; las dos saben que no es cierto, es en ese momento cuando nota que el cosquilleo de su mano sube hacia el codo, un dolor fuerte y cuando despierta bajo las penetrantes luces que llenan sus ojos nublados no sabe acertar donde se encuentra y que le ha pasado...
-Estás aquí, con nosotros, solo ha sido un susto- le dice Magda cogiéndole la mano, al otro lado el poeta de los sueños. Nunca los había visto fuera de sus obsesiones y sus trastornos, no hay arrugas importantes en el mandil, ni poesías lanzadas al aire tras una protección.
Matices
Hace unos días fue el Día Mundial del Corazón, no pude estar aquí como hubiera querido. Esta entrada va dedicada a ti, Papá, ya ha pasado un año de aquel susto. Gracias por tu nueva visión de la vida, todos hemos salido ganando. T.Q.
En esa plaza hay un almendro termómetro estacional siempre presente, recuerdo que desde mi ventana le he hecho fotos con sus diferentes trajes de colores siempre puntual en cada estación. Pasa por debajo de él un riachuelo que tintinea en brillos plata cuando las estaciones más frías llegan, cruza la plaza como si se hiciera dueño de ella anunciando que la vida parte de él, necesario y creído hace que las travesuras de los niños sean frías y mojadas, para disgusto de las madres pues si algo tenemos allí es exceso de confianza, ese que en las ciudades desconocemos. Han sido dos años, dos inviernos, donde cuando he conseguido fundirme con el entorno he tenido grandes recompensas, supongo que por eso echo de menos los ratos de lecturas ante la chimenea o en el patio con aquella humedad y ese sol cálido tan agradable y allí he recuperado el sentido de la vista, el observar los detalles de lo que no es cotidiano y a volver a valorar la tranquilidad y lo que realmente es importante, creo que por mi blog hay pequeños retales de experiencias visuales. Mi pueblo, mi calle conforman parte de mis recuerdos, de esos que se echan de menos cuando se pierden y se valoran más cuando vuelves a entrar en la vorágine de los fines de semana de ciudad.
Os dejo este vídeo que me ha hecho gracia al verlo, es curioso buscando algo afín a la zona me he encontrado con este spot publicitario, donde Maria Galiana describe casi con mis mismas palabras lo que aquel lugar es... Los Marines (Huelva). Entre ustedes y yo, no tengo el gusto de conocerla, pero quien ha hecho la elección para el anuncio seguro que es del pueblo o como yo es un "adicto forastero" a la vida en él. Esto queda así como nota friki y simpática, no me lo tengan en cuenta...
Me enredó desde el principio al fin,
desde el punto seguido,
hasta el hilar de un entramado,
donde los sucesos terminan
marcados con un punto final.
Desde la primera letra hasta la última,
bebía aquellos escritos con la avidez
del sediento que quiere acabar el camino
para consumirse entre la ligereza del agua,
respirando así,
en las pausas impuestas.
Enredada en el placer de los significados,
perdida donde el autor buscaba,
encontré la relación de los flujos
en la unión manipulada e impuesta,
por el sometimiento atemporal
del creador obsesivo.
Arrastrada en su divagar,
posicionada en el mismo centro,
aquel donde radican las visiones
de las historias perdidas,
que buscan un camino
me encontré a mi misma...
Me trasladó al final,
transformado-me para su placer,
en protagonista antagónica
de una creación sin final,
enlazado en cinta de suave satén a mi,
como soga que aprieta.
La luz empezaba a consumir el espacio, sentía el calor en sus mejillas, intentaba siempre cerrar los ojos e imaginar la sensación que se haría cotidiana en poco tiempo. Gloria sabía que las horas pasaban y el tiempo se acortaba. Las horas, sus horas se encaminaban hacia su única obsesión, tenía que ganarle la carrera a la oscuridad...
Alguien entró en la habitación, no desentonaba con el gris de sus visiones, tan solo era una sombra desdibujada y que se precipitaba hacia ella entre las tinieblas que cegaban sus visiones... Siguió con su rutina, incluso ignorando el murmullo de sus palabras.
Escribía en su portátil, tenía el poder de ausentarse cuando lo hacía, era de las únicas cosas que había podido seguir haciendo, dedicarse a lo "suyo", la escritura.
..."Caminaba sola por aquel adoquinado de una ciudad que no era suya, nunca la enamoró, no hizo nada por engatusarla o enredarla en sueños de espíritus evocadores.
Se acostumbró a bajar la mirada, a mirar el empedrado, al menos la bruma le permitía mirar las formas de los cantos desiguales, los grises cambiantes. Aprendío su camino, adivinándolo por el dibujo que conformaban los cantos de aquella moqueta de piedra bajo sus pies; todo era repetitivo, los días, las horas, los minutos y al final del día, las rutinas y los sucesos"...
Paró su escritura, ¿Cómo su camino?- se preguntó-. Aquella noticia no podía acabar con ella. Se recostó en la silla mirando el techo, observó como el desconchon, a sus ojos, había cambiado, ahora parecía una arruga en el techo, similar a la suavidad de la arruga en una sábana, esas que ahora la incomodaban en exceso al roce con su piel
Volvío a acariciar el teclado con sus dedos, buscando la posición exacta de estos y decidió seguir, como pianista que toca su piano y cierra los ojos conformando una melodía perfecta
..." Todo principio visual era un camino, un lugar donde llegar con cualquiera de sus sentidos"...
Volvió a enredarse en sus pensamientos, con sus manos ante el teclado, a veces tenía la sensación que eran como flashes de su vida que le hacían comprender lo que le ocurría.
- ¿conoces el miedo?-. alguien le preguntó una vez eso en una entrevista. Su diagnóstico fue la sensación mas acercada, se lo habían comunicado hacía pocos meses...
- Lo conozco, se como huele, como suena, si tuviera color sería parecido al negro. He visto como el miedo se acercaba, me susurraba, me rozaba y quieta, parada, lo he espantado. Soy valiente no por condición, si no por convicción, día a día me riño con el miedo y siempre le gano la partida...
Volvío a machacar el teclado con la rapidez de aquel que rescata la idea perdida, sus reflexiones la inquietaban...
"Siempre recibía las mismas lecturas, había aprendido a deámbular por el camino a través de ellas, en su interior el camino no existía, solo cantos en un suelo empedrado que no expresaban nada."
Dejó de escribir, miró a la sombra que la acompañaba, había decidido ignorarla, le recordaba el inicio de su inutilidad, de un destino que no deseaba. Agachó la cabeza y dejó que sus ojos se inundaran de lágrimas.
En el silencio de aquella habitación, irrumpió su voz desesperada, casi en un grito sin vida.
-Tengo miedo, escribo queriendo evitarlo, pero me embarga el miedo, desde que la penumbra llegó a mi vida e intentado escribir mis sensaciones queriendo verme valiente ante lo que supondrá la noche sin luna, ¡¡no puedo más!!. Sabía que había llegado el momento de enfrentarse a su ceguera.
Matices...
Hoy mismo salgo de vacaciones, os leo a la vuelta, lo dejo como asignatura pendiente. ¡¡Hasta la vuelta!!
Una recomendación, la película me parece muy acorde con el tema...
"Me gusta que las cosas tengan sentido completo, como en los cuentos".
(Neil Gaiman)
la paladeé con gusto,
deshaciéndola,
su significado me atrapaba,
quería apoderarme de ella,
hacerla parte de mi.
Disfrutaba...
-¿de que libro es?-
tal vez eso no era lo importante,
quise hacerla mía...
Empecé por quitarle una parte,
esconder palabras,
el final
"...como los cuentos"
así me gustaba más,
como propia...
"Me gusta que las cosas tengan sentido completo"
quise cambiarla,
darle forma,
otro sentido...
Empecé por quitarle acentos ...
luego junté las palabras,
megustaquelascosastengansentidocompleto
cada vez me pertenecía más,
¡sí!, es mía...
Por un momento, se desvinculó de mi,
formando parte de nuevo de esa inicial epístola,
me enfurecí,
- ¡no es posible eso!-
¿por qué siendo mía la usa?
pensé en escribirle... ¿dónde ?
no sé como hacerlo ...
¡esa frase es mía!.
Jugué con cada una de las palabras,
Me GUsTa quE... ................LaS cOsAs ..................tENgAn.................... SeNTidO cOMpLetO.
y cada vez se iba haciendo más propia,
¡MIA!
Me enfurecí como nunca,
rompí cada palabra de la frase
si no me reconocen en ella,
no será de nadie
¡estaba tan enfadada!
Empecé por romperla,
poco a poco,
como el que desguaza
algo por el simple hecho
de ser de su propiedad,
separar las palabras
unas de otras,
luego,
cada letra,
las lancé al aire
¡¡son míassssssssssssssss!!
cansada ...
abatida,
desfallecida por la locura,
me recosté en el sillón.
Miré de nuevo y vi que dos palabras quedaron
una al lado de la otra,
tenían sentido ...
me reí, me hizo gracia,
quise añadir algo a ello.
nada tenía sentido
aquellas palabras,
nunca fueron mías...
M_Dolores & Nieves
Guardo este retazo de palabras, que una noche que comentábamos sobre un libro, mi amiga Lola escribió. Ella no lo quería y yo lo guardaba entre mis recuerdos. Ahora y con permiso de ella lo público con alguna adaptación.
Siempre que leemos hay frases, palabras con las que nos identificamos y nos atrapan; nos perdemos en su significado, pues parecen hechas para uno mismo, pero... -siempre hay un pero-, nunca serán propias, aún se desee con fuerza, pues detrás de ellas hay escondido un recorrido que no nos pertenece, el de su creador.
Mover los hilos de aquella triste marioneta era su labor, de sus dedos emanaban sus movimientos, lentos, pausados, delicados, sin darse cuenta se convirtió en una extensión de si mismo. A veces la miraba desde el rincón donde habitaba e imaginaba que su inquisidora y triste mirada dibujada en su cara de madera le pertenecía...
Decidió que viviera en un mundo sin palabras, que sus movimientos expresaran dentro de su muda acción, como el que tiene el poder de dar para no devolver nunca. Cada tarde dibujaba sonrisas de ternura en aquel parque, al son de su director, que recogía sombrero en mano las monedas de los ilusionados e ilusionantes que por allí deambulaban. Con el tiempo comenzó a caer aquel castillo de naipes figurado, los años, las tanzas gastadas, su carita de madera desdibujada y sin brillo. Tal vez, la ceguera mas grande, la del hombre y la ambición no dejó que viera la realidad. Sus dedos le exigían en exceso, quería que fuera la muda marioneta que brillaba en el escenario siempre manipulada a su antojo.
Y llegó el día que en aquel su escenario decidió despedirse en una retirada obligada e involuntaria cayendo desfallecida ante su público. El enloqueció, la arrojó contra el rincón, y con mirada inquisidora, -¿Porque?- le preguntó...
Dos lágrimas de serrín resbalaron por su tez y con sus ojos le habló.
Fue cuando miró sus manos, de donde colgaban las tanzas vencidas, cuando pudo ver el paso de los años y el movimiento silencioso y tembloroso de las mismas, ¿acaso ella no era una extensión de él?.
- Hola Jacques, aquí todo es un poco caótico, la información no fluye, me recomiendan salir del pais, no me quedará más... me hubiera gustado hablar contigo, las comunicaciones se complicaran, solo quería que supieras que estoy bien...-
Llegó un día de calor bochornoso, sería su segunda experiencia como voluntaria médica y estaba ilusionada, recuerda las primeras sensaciones, las gotas de sudor corrían por su espalda humedeciéndola y pegando sus ropas al cuerpo. En el taxi que la llevaba hacia su destino disfrutó de esa nueva fotografía que sería para ella su nueva casa por unos meses. Sí, le gustó, las sonrisas de los niños, los caminos aridos en contraste con los verdes de las colinas, el olor a aire fresco sin extrañas contaminaciones. Ajena en parte a la problemática del país, tendría que vivir su propia experiencia...
Hubo un día en que todo cambió, el ambiente mutó; perdió el contacto con el tiempo y se tuvo que enfrentar a una realidad para ella desconocida. No tenía previsto el golpe duro que le asestó la crueldad en su significado más amplio.
Aquel olor tan familiar pero a la vez tan nauseabundo de la sangre mezclada con la humedad penetraba por las pituitarias alojándose en ellas, aquel rasgo no le permitía olvidarse que algo horrible pasaba. Una carrera contrarreloj y contra la humanidad, las manos le temblaban llevaban dieciséis intensas horas, perdió el control de cuantos heridos y moribundos había tenido que tratar. Fue cuando los gritos del exterior la alertaron, la sensación de miedo se apodero de ella cuando los voluntarios huían despavoridos de aquella tienda de tela que hacía las veces de quirófano improvisado, después solo quedó la compañía del miedo de la soledad entre silencios y quejidos moribundos.
Los gritos del exterior no dejaron de resonar en su cabeza. Alguien en medio del caos entró en donde ella se encontraba, llenando el vacío de su silencio; clavó su mirada en ella, aquellos ojos ensangrentados, allí moraba el odio y la locura. En la mano un improvisado invento de muerte, una cuchilla amenazante teñida de rabia, sus piernas perdieron el apoyo en el suelo. Sus fuerzas eran pocas, el individuo vocifero en alto y salió de allí corriendo, ella tardó en bajar la mirada unos segundos y siguió con su trabajo en estado de ausencia.
En el silencio el llanto de un pequeño, se quitó la bata tintada en rojo, y decidió salir fuera a respirar aire. El espectáculo era dantesco. ¿Cuanto tiempo había pasado?, cogió en sus brazos al pequeño, sus lágrimas se aunaron a las de él, comenzó a andar buscando quien respiraba o se movía, pero su cuerpo se sumergió en el ambiente, cayó al suelo despavorida, hundida, agotada. Buscó el camino desorientada y encontró un éxodo masivo, la población huía del pais, se dejó llevar por la masa asustada en busca de una salida de aquel nefasto ambiente. Cuando pudo ver con distancia la realidad, las cifras, las fotos, los acontecimientos no eran entendibles, tan solo recordaba esa mirada, la mirada de la locura, del mal que no tiene argumentaciones...
El Genocidio de Rwanda nunca se debió de dar, fue orquestado desde el mismo gobierno, se compraron armas con partidas presupuestarias internacionales, se organizo con tiempo a las personas y las formas. Se dice que por aquellos tiempos todos los Hutus estrenaron machete. Las personas que debían masacrar eran conocidos, vecinos, amigos y cuando eran desconocidos solo había que pedir la documentación donde se especificaba la etnia a la que pertenecían. La crueldad de lo que aconteció, era alineada y consentida por eso no tuvo limites, he aquí otro caso de la "banalidad del mal" en un genocidio, posiblemente, evitable...
Fueron un millón de vidas las que se sacrificaron y con ello su derecho a la vida ultrajado en manos de iguales sin que nadie lo evitara, en el mes de Abril de mil novecientos noventa y cuatro, en un pequeño pais...
-Jacques, mi avión sale ya, mi tiempo aquí ha finalizado, he vivido la experiencia más horrible de mi vida, no sé que decirte, creo que algo ha cambiado en mi y la visión de la humanidad. Un beso-