viernes, 1 de octubre de 2010

Espejito, espejito...

Un día como otro cualquiera... -pensaba-, se miraba en el espejo y no veía nada que la sorprendiera era consciente de que era tan monótona como su día, se sonrío... la imagen del espejo se la devolvió en ese mismo instante, por un momento se dejó llevar y jugó con esas sonrisas recíprocas... y sin dudarlo le pregunto en tono de mofa...
- Espejito, espejito quien es la mas triste del lugar- se miraba, esperaba la respuesta mágica y esta llegó, desde su interior contestó, "tú"... agachó la cabeza y miró al suelo, de momento esa tristeza se le subió en forma de lágrimas internas, que anegaban todo lo que estaba a su paso, quedó ahogada en su propio estado.

Vivía en una soledad impuesta y silenciosa, hacia el exterior era poco perceptible, así, pensó que se protegería de todo lo que externamente le pudiera hacer daño, pasó por diferentes etapas de locura transitoria, encontró a veces su propio divertimento y otras se dio de bruces con la realidad, pero siempre andaba al filo del acantilado, sin querer tomar pie en lugares mas seguros donde poder reconfortar su interior evadiendo esa soledad acomodada.

Hoy se miró en el espejo del dolor y este se apoderó de ella, esa situación impuesta no tenía culpables, la tristeza se había afincado por decisión propia, la consciencia empezaba a darle toques de atención y su corazón al que le había quitado el poder de decisión empezaba a moverse inquietamente como si necesitará hacerse fuerte para no dejarla ir.

Sintió como si alguien le levantara con un "dedo imaginario"su carita, haciendo que se mirara en ese espejo, sus ojos empezaban a tener un brillo especial, empezaron a manar lágrimas, se fue deshichando todo su interior, fue relajando sus gestos y como si de una de sus muchas locuras se tratara, empezó a reír, se dio la libertad de ver esa sonrisa escondida y olvidada fijó su vista con cara de extrañeza, su "amiga" de juegos había desaparecido, era ella, había vuelto su sonrisa, su amor hacia si misma.

Recogió su pelo detrás de sus orejas, secó sus ojos y encendió su cara con la mas hermosa de sus sonrisas, y sin dudarlo, le sacó la lengua al espejo... en un gesto de complicidad , añadió una pizca de malicia y mirándose le dijo... Espejito, espejito, quien es la mas feliz de este lugar... Bah¡¡¡ no me contestes, tengo que ser yo...

Matices
(Fotografia: Brujas, Matices Agosto 2010)