sábado, 7 de junio de 2014

Soliloquio




He notado la suavidad de esa tela que recubre mi dolor 
aquel que lentamente se va diluyendo en el recorrido de la sangre. 
El olor penetrante a savia nueva recorre  mi cuerpo 
invadiendo el país de la soledad que se afincó en el corazón...

Poco a poco se reconstruye aquella fortaleza 
que un día dejó traspasar sus muros derrotados. 
Mis incapacidades son el alimento de una guerra
en la que la invisibilidad se apoderó de la belleza.

No hubo resistencia hacia el envite de la realidad
las paredes de mi existencia no encontraron asilo
y la ceguera me hizo renunciar al color
arrastrándome a los sótanos de la oscuridad...

Observo las heridas de aquella batalla invisible 
nutrida del aliento del desamor arraigado,
sentimientos que volaron en un instante perdido,
el recuerdo de las sensaciones se disipa en el firmamento.

Las cicatrices incoloras van desapareciendo,
el escenario de la vida  me da una nueva oportunidad.
¡basta de lamer la piel deteriorada de los holocaustos vitales!,
no podrá el cansancio con el renacer de un día de luz...

He rozado el teclado con la yema de mis dedos,
escribiendo sobre mi propio golpe de estado 
lo abandera el blanco de la paz interior
Quiero volver a vivir...

matices 

6 comentarios:

  1. es más que un derecho, amiga

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  2. Una alegría que te hayas vuelto a subir al tren, no importa en que estación, no importa su nombre. Volver a vivir, gracias.

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  3. Este escrito es de los que salen, de los que hacen falta para expresar algo que tiene que salir. Me alegra un montón esta vuelta. Un abrazo lleno de cariño.

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  4. Si hay que pasar por el dolor para escribir cosas tan hermosas.... mejor...
    Me gusta ese aire nuevo, esas puertas abiertas, esas alas, un cielo todo tuyo. ¡Adelante!
    Besos mil.

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