viernes, 14 de enero de 2011

De relojes y oscuridades...


EL reloj presidía la sala, tic, tac... en el silencio de aquel lugar tan solo se oía ese acompasado sonido y la respiración de los que allí estaban. De momento  alguien sollozaba,  me giré sobre mi y vi a una chica que cubría su cara con sus manos, se la veía una adolescente...
Fui estudiando aquella sala, la conocía, encima de la chimenea había pequeños marcos de fotos, me acerqué... tic,tac...

Repasé aquellas caras, todas me parecían conocidas, pero algo había cambiado en ellos. Por fin, una en la que aparecía papá,
- !que mayor te veo, campeón¡ - pensé para mis adentros-, se me hacía raro verlo sin mamá en una foto, su mirada era profunda, triste... tic, tac...

¡En esta estoy yo!,  que joven, apenas recuerdo este día, las personas sí, pero ¿donde se tomó esta foto?... tic, tac..., .miró el reloj, faltan diez minutos...

Recordé, a la vez que deslizaba mi mano por el borde de madera de la misma,  esas tardes cálidas al calor de la chimenea,  sentados en el suelo, con mi hermano, y la peque, jugábamos con los soldaditos de plomo, a las cartas de familias, a veces, si era domingo, papá nos leía un cuento de final incierto, al que iba dando tensión artística  una vez lo hacía su historia... tic, tac...

En la puerta, veo la sombra de una mujer, delgada, rubia, cuando pasa, se sonríe mira a todos, -empezaba a inquietarme -¿que les pasa a todos? ¿porque están tristes?... Se dirigió hacia la joven, la abrazó, casi susurrado - le dijo-.

Hoy debemos estar felices, es su día, es lo que quería -la joven empezó a llorar- tic,tac...

Debo irme, es hora de acostarme, no me siento cómoda con tanto extraño y desconocido... acaricié la foto de papa y la dejé en su sitio. Volví a mirar a la joven, que seguía llorando, y sentí unas ganas irrefrenables de acercarme, abrazarla y tranquilizarla, seguí mi camino y traspase la puerta... tic,tac...

En mi espacio, oscuro, cerrado, respiraba paz y tranquilidad, aquella situación me había dejado incomoda, tenía un nudo en la garganta, por un momento aquel halo de protección de tonos pacíficos se fue difuminando en tonos grises, después una luz fuerte me deslumbró, sentí calor por mis venas y por unos segundos volví a la realidad... tic,tac...
Abrí los ojos, la joven me cogía la mano, sus lágrimas caían por su fina piel, se acercó a mi cara, sentí el calor de su beso en mi mejilla y en mi oído susurro

-Mamá, lo conseguimos, se acabó.

Por un momento, sentí la quietud de mi cuerpo, quería abrazarla,  mis lágrimas frías, incontroladas, mostraron mi único sentimiento visible,  ¡mi pequeña!, mi grito mudo se ahogo dentro de mi, clavándose como un puñal. Detrás estaba mi padre, lo entendí todo, su pelo nunca fue blanco y ahora brillaba en tonos plata, era mi familia, mi casa, mis amigos, hacía mas de diez años de aquel accidente, al fondo de la sala, un almanaque, con una foto de un paisaje nevado, y en letras rojas, Enero 2011, sabía que hoy era día dos, lo presentía. tic.... tac...

Esbozo una sonrisa, dulce a la vez que gélida. La oscuridad ruidosa aletargada cambió  para convertirse en silenciosa, pacífica y eterna. El reloj se paró...

La joven, fue a  algún lugar en la Sierra  y allí en un árbol muy viejito, hizo una inscripción grabada... fue su homenaje a mamá, allí descansa.

"Nací en libertad" 
2/01/11
Sara 

Matices

5 comentarios:

  1. me dejas sin capacidad de expresión.
    escribes temas de tal forma que no dejas indiferente a quien te lee
    bello
    esta entrada me deja con desasosiego, alterado.
    beso

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  2. Me encantó, es fuerte, o quizás yo esté hoy un poco tonta, pero está muy bien narrado, te metes dentro de la historia desde la primera linea.
    Buen fin de semana. Besitos.

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  3. He venido a devolverte la visita y me ha encantado tú manera de narrar, no me has dejado indiferente, repetiré, con tu permiso.

    Espero y deseo que no sea un hecho real.

    Petonets

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  4. Consigues que entre enseguida en la historia, que la viva... hermosa historia de despedida, de muerte tan dulce como todos deseariamos... y a veces nos impiden. Un beso y mi admiración.

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  5. Impactante frase final, para un relato que nos mantiene en vilo en un tic tac acompasado e implacable.
    un fuerte abrazo, muy conmovido.

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