sábado, 11 de junio de 2011

De Gatos Callejeros

En los callejones de la ciudad, a la luz de las farolas, existen diferencias entre los seres que pululan alrededor de la basura, la aventura, sobrevivir . El paisaje cambia y se llena de personajes de aspecto siniestro, con pasos lentos y pesados, en ronda nocturna.

Desde donde se observa a la luna, en los tejados y expectantes, el habitante de las calles se conforma como público que no atiende a entender que pasa en su reino de cubos de desechos.

En silencio se firmó un pacto y en él, un orden jerárquico. ¿Los perdedores?, los moradores de la noche, los que bailaban sus colas sibilinamente al son del saxofón. Ya no se escucha la música y anhelan con ansiedad las sobras del festín de aquellos que se pasean , por las secciones de aquel improvisado hipermercado callejero, de reflejos en latón, tal cual gatos castrados de vida, en su carrera hacia la supervivencia...

A los ojos de los viandantes, el horror de la pobreza inunda las calles de indigentes anónimos y la inquietud de pensar, que algún día podría tocarles compartir como gatos, aquel exquisito manjar a la luz de las farolas.

Matices


6 comentarios:

  1. Por desgracia lo que cuentas en tu relato, cada día es más normal, a mí es algo que me aterra, y no podré acostumbrarme nunca, ver personas durmiendo en cartones, otra que se ha instalado en un banco junto a una estatua, allí tiene un carro de la compra con sus pertenencias, y de día se cubre del sol con un paraguas. Yo no entiendo que en mi tierra se piense en ser capital europea, mientras existan personas sin un techo que les cobije. Quedan muchas cosas importantes por hacer.
    Besitos y buen domingo.

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  2. Tú bien lo has dicho, los perdedores de la noche, perdedores porque pareciera que no les queda otra salida, tal como los gatos callejeros. El acopañamiento del saxo tremendamente efectivo.
    Un beso

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  3. ya se ha llegado a ello
    nadie de las altas instancias quiere saber, Se han distanciado de las calles y sólo escuchan a los aduladores
    Mientras me avergüenza saber que hay quien en las noches, compite con los gatos

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  4. Tremenda realidad, no interesa mirar, fijar la vista duele, molesta. Injusto y cruel que las personas tengan vivir en estas condiciones.
    Un beso Matices.

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  5. Son habituales estas escenas en todas las ciudades pero, yo les llamaría faltos de fuerza vital, cuando se dedica una persona a pasar el tiempo como un superviviente con la única responsabilidad de que pasen las horas sin fallecer, hay que tener un empuje, una fuerza, un alguien que te saque o la fuerza de voluntad de querer asirte a cualquier cosa por salir del hoyo.

    Un abrazo.

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  6. Creo que nos vamos a acostumbrar a ver demasiados vagabundos por las calles.

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