Como ando mal de tiempo estos días, he rescatado esta entrada de hace unos meses. Aprovecho para comentaros que durante un tiempo este blog no tendrá actividad, espero poder estar pronto por aqui con todos vosotros...
Pasaban las noches y no abrías los ojos, te observaba y pensaba, ¿estará vivo?, me acercaba entonces, tímidamente a tu corazón y notaba tu latido arrítmico, lento, en ese momento sabía que solo alargabas tu letargo.
No buscabas al sol, acaso la luz te cegaba o era la realidad de las horas que caían sobre tu cuerpo las que no soportabas. ¿Que te pasó?, ¿de que te escondías?, lo cierto es que yo tenía que irme, me absorbías en exceso y a veces creía dormitar contigo, empecé a tener miedo, proyectabas mas sombras que luces y eso me afectaba.
A veces, en la oscuridad que nos habías impuesto, te llamaba... te agitaba, te gritaba, pero tus ojos seguían cerrados, acaso me empujabas a salir de ti, pensaba que en ese momento algo peor se avecinaba, tal vez por eso seguía recorriendo mi camino dentro de ti, abrupto, triste, sin música, parecía que deambulaba por la fina línea de la muerte, llegaba a dolerme que me hubieras condenado, que tu mismo no me hubieras sacado de tu cuerpo antes de entrar en esta estación de sueño.
A veces, en la oscuridad que nos habías impuesto, te llamaba... te agitaba, te gritaba, pero tus ojos seguían cerrados, acaso me empujabas a salir de ti, pensaba que en ese momento algo peor se avecinaba, tal vez por eso seguía recorriendo mi camino dentro de ti, abrupto, triste, sin música, parecía que deambulaba por la fina línea de la muerte, llegaba a dolerme que me hubieras condenado, que tu mismo no me hubieras sacado de tu cuerpo antes de entrar en esta estación de sueño.
¿Con que sueñas?, no me contestabas, el silencio se apoderó de nuestras mentes, hablaba conmigo misma, me respondía preguntas que tu no contestabas, era consciente de que tu sonrisa se había borrado de mi mente... ya no te recordaba, buscaba tus ojos, tu boca, tu sexo, eran invisibles a mis ojos, a mi tacto, a mi olfato. No podía seguir, entraba en tu letargo buscando hospedarme en él, y yo, sin embargo, quería vivir, luché contra tu cuerpo y por fin salí de ti.
Era una noche húmeda, el frio se apodero de mi cuerpo desnudo, temblaba, puse la mano en mi pecho y espere sentir el sonido de mi corazón, vibraba, corría como si de mi pecho quisiera salir, las lagrimas caían por mi tez, eran de alegría, estaba VIVA.
Cuando despiertes de tu letargo, yo, ya... no estaré.
"A veces, hay condenas personales que se sentencian en el interior de uno mismo..."
Matices
Más sentencias en el blog de Gus 
Cuantos matices aquí, ahora en este tu relato, ese querer vivir y no poder, ese querer compartir y no encontrar respuestas. Tristes sentimientos hasta conseguir escapar de ese circulo sin fin. Me ha gustado de verdad.
ResponderEliminarUn abrazo.
(No tardes en volver)
Pensaba en alguien en coma, y que la prota era un poco egoista, aun que quien soy yo, si por suerte no he vivido un coma, luego pensé que la protagonista era la del coma, y si, lo era, pero no por estar en una cama viviendo sin vivir, si no por estar muerta al lado de alguien que no le da vida.
ResponderEliminarEs eso verdad?, ayyyyyy que igual me equivoco.
Pero lo que es cierto, és, que sensaciones he tenido.
Petonets
Mira, es bueno eso de tomar las de "villadiego", como se dice en Asturias, cuando te marchas así. Total... para no tener nada, mejor la soledad.
ResponderEliminarMuy bueno el relato, en donde narras perfectamente una crudísima realidad.
Un beso
Dibujas a alguien decidida a huir de la sentencia de vivir con un zombi de los sentimientos. la mejor decision que se puede tomar en esas circunstancias.
ResponderEliminarUn beso.
P.D.- Aqui estaremos esperando tu vuelta y deseando que el parentesis sea favorable
La vida siempre busca camino, me ha gustado que la protagonista luche para encontrar el suyo. Buen relato, como siempre. Un beso
ResponderEliminarCuesta, duele, es difícil, pero hay que liberarse de las propias sentencias. Lo digo... pero no se si soy capaz!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y hasta muy prontito. Esperamos tus matices...
Vale, aquí estaremos esperándote. Autosentencias? No gracias, soy la más dura de las juezas.
ResponderEliminarbesito.
A veces uno no puede escapar de si mismo y está como muerto. En este caso al final consigue salir y ganar la batalla.
ResponderEliminarMuy bonito
Un abrazo
Sale de sí misma, verdad? O de un amor, dá igual, al fin sale por sí misma de una condena, para vivir.
ResponderEliminarBuen relato, que tengas unas felices vacaciones.
Un beso.
Me gustó mucho este relato. Las condenas que nos autoimponemos a veces son las más difíciles de perdonar. Porque es difícil perdonarse, ¿verdad?
ResponderEliminarUn abrazo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe ha encantado leerla, porque no la conocia, y me ha llenado de congoja. Muy bien escrito.
ResponderEliminarTe echaremos de menos. ç
Vuelve pronto.
Besos
Me ha gustado mucho, describes muy bien una situación, que aunque a muchos les pueda parecer irreal, existe, vaya que si existe. Lo mejor es lo que hace la protagonista, salir corriendo, los zombis no nos hacen falta para nada.
ResponderEliminarTe estaremos esperando, tranquila que ya te tengo en el blog para ver cuando actualizas. Besitos.
Fíjate que he tenido que volver a leerte para darme cuenta que el del letargo era un varón, por un momento había pensado en el nacimiento de una criatura de un cuerpo condenado a morir (en coma) como algún caso que hemos conocido en las noticias o vivido en la UVI de un hospital cuando tienes una profesión como la mía. De todos modos es lo mismo, desprenderse de la muerte que te quiere llevar con el, ella, para ver que estas viva y que tu corazón sigue latiendo.
ResponderEliminarVuelve pronto por favor. Un besito
A veces nos empeñamos en "situaciones acabadas", nos metemos en ese halo de "fin" buscando un "seguir"... En ese momento en el que nos hemos abandonado a la decisión de alguien que ya es invisible y que hizo la maleta y se fue, entramos sin querer en nuestra propia condena, que sentenciamos en nuestro corazón. Hablo de esas personas que una vez termina la relación se quedan colgadas por los años de los años de alguien que ya no está...
ResponderEliminarEn este caso ella es consciente de que el letargo es autoimpuesto, y es suyo propio, abandonó y dejó atrás su amor aletargado, congelado en estado de muerte, para su propio engaño.
Besos, esto es lo que yo he escrito, pero si sigo vuestros comentarios, podría ser cada uno de vuestras propuestas.
Besos o leo y os sigo a todos.
¡¡Hasta la vuelta!!
Matices, la verdad es que me has ilustrado vos y los demás comentarios! Eso pasa cuando una llega tarde vio?
ResponderEliminarHermoso y poetico relato el de un corazón inquieto, que desea vivir y latir, y por fin corta la cuerda, se desprende de ese lastre que la mantiene en las profundidades. De verdad, hermoso!
Besos
y 17
ResponderEliminarmatices, todo un record
me firmas un autógrafo?
pon Para javier presidente de tu club de fans
un beso