martes, 23 de noviembre de 2010

De sueños e inquietudes de "Matahari" (II)


Ya en la calle, llovía, protegía su estudiado peinado, con un gran paraguas, buscaba un taxi, tal vez es mejor coger el metro -pensó-.  Bajaba la acera para poder acceder y ser visible a estos, levantaba su mano, sin éxito, era imposible. Deparó en su aspecto, sus pies mojados, su vestido, todo era un caos. Se dirigió hacia la parada de metro más cercana, bajó diferentes escaleras, subsuelos imposibles, el paisaje mutaba cada vez mas lúgubre y sucio... ella resplandecía  con su gabardina, al bajar dejaba ver sus largas piernas, corría...

Entró en el metro ya casi cerrando las puertas, respiró hondo... sacudió su paraguas y se recoloco un poco, todo era un desastre. En ese momento miró a su alrededor y la timidez se apodero de ella, es como si todos la miraran, bajó su mirada.

Una, dos, tres, la cuarta era la suya pensó ... deseaba salir de ese lugar donde los extraños clavaban sus miradas en ella, entendió que la hora no era la mas apropiada para estar paseando en metro. Al bajar en su parada, con paso garboso y decidido iba pasando los diferentes pasillos, subiendo escaleras, incluso se paró a escuchar al saxofonista y le dejó unas monedas, vio los baños, entraría a arreglar el desastre ocasionado, no se las prometía "de dulce", pero, no quedaba más...

Se observaba en aquel espejo estallado,  y a duras penas se pintaba los labios, curiosa no podía evitar leer esas paredes, tan artísticamente pintadas y sus mensajes, algunos ¿porque no?, atrayentes y morbosos, otros desagradables. El olor a desinfectante y la suciedad acumulada, las pintadas, le producían inquietud, agachó su cabeza para dar brío a su melena rizada y al levantarse y mirarse al espejo... alguien detrás de ella. 

Una sensación fuerte se clavó en su estómago, -sonrío y saludó-, "Buenas noches", no medió contestación, arrastró su mano hacia su bolso y se fue dando la vuelta, intentando parecer natural, el espacio era mínimo entre ellos- ¿me deja paso?- le dijo ella, él se sonrío, tembló, el miedo empezaba a apoderarse de ella. El coloco sus manos en el lavabo aprisionándola entre este y él ... en ese momento, todo era desagradable, los olores se intensificaron, los mensajes escritos en las paredes ahora le parecían grotescos y desagradables, las pintadas siniestras, presentía que desfallecía. Su mano libre de movimiento, se deslizó dentro de su bolso algo brillaba al fondo del mismo, cuando sintió que excedía el propio perímetro de seguridad y se acercaba  en exceso, "culata de nácar, cañón de plata".

Despierta, ya en casa, la gabardina en el suelo junto a  los zapatos, no recuerda nada.  Se levanta, el libro en la cama al lado de ella, está agotada, tiene la sensación de haberse pasado de copas, se dirige a la cocina enchufa la tostadora, coge unas naranjas y se dispone a hacerse un zumo, con él en la mano, sucumbe a la tentación de ver los destrozos de un deficiente descanso en su piel, va hacia el baño,  se mira en el espejo, el vaso cae al suelo, mil cristales, -se dice a si misma - no ha sido un sueño, clava su mirada en su bolso y... 

¿certero disparo?

(continuará)
Matices

1 comentario:

  1. moneda al aire....
    sale "cara".-su revolver carece de una de sus balas
    sale " cruz ".- toma plena conciencia de lo ocurreido. Al menos conservo la vida
    sale " canto " en su memoria nublada por el alcohol se abren las nubes de lo maravilloso que es el hombre recien conocido y la cena impensable que mantuvieron

    ...
    la moneda aún da vueltas en el aire...

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