Un día mas Amancio llega puntualmente a la oficina, abre la puerta que chirría como si se tratara del portalón de un castillo tenebroso, odia ese ruido, nada más lejos de la realidad de aquel siniestro lugar donde no hay ventanas; al encender las luces un halo empolvado se desplegaba por la pequeña habitación, ya eran mas de cuarenta años desgranados en motas de tiempo.
Colgaba su abrigo en una percha, y planchaba las arrugas con su mano. Antes de sentarse observaba a su alrededor, era metódico y obsesivo, “tic” que había adquirido con la fuerza de los años y los extraños días llenos de horas silenciosas con la sola compañía de los números. Se acercaba a la caja fuerte, he introducía la contraseña para poder sacar los libros de cuentas, los debía repasar…hoy tenía visita; a la vez farfullaba, desaprobaba ese gesto mensual que le solía poner de mal humor, y no es para menos, durante días el olor que desprende ella permanecerá impregnado en los papeles, aunque consideraba peor la sensación de desorden mental que le provoca la misma. Una vez se sienta, abre su cajón y va poniendo sus útiles ordenadamente sobre la mesa cada cosa tiene su sitio, es al final de su rutina cuando observa en el fondo un sobre que hace que una sonrisa se le despegue de esas comisuras de los labios que siempre miran hacia abajo… lo abre y lee, siente una sensación de satisfacción que le inunda…
Suena el timbre se dirige hacia la puerta, al abrirla el chirrido quedó enmudecido. Ella entró como una pluma pesada arrasándolo todo, parecía que las víboras desayunadas tenían prisa por ser vomitadas, pensó él, que escuchaba el murmullo de fondo como abeja que resuena en su cabeza, molesta si, pero indefensa en la oscuridad de su cerebro. La observa y desea que la "mantis" que reside dentro de ella muera en un empacho envenenado de su propia prepotencia. Se preguntaba asimismo, si ella sabría lo que pensaba y se contestaba ¿para qué? es imposible, era invisible, eso sí, la bruja se encargaba de darle protagonismo en reproches infundados que él bebía en silencio como pócimas hirientes y que hacían crecer el ego de aquella bruja.
Una vez ella se sienta ante las cuentas, empieza a lanzar sapos y culebras incisivas en un rosario encadenado de quejas: que si caja “A”, que si caja “B”, que si no te enteras, que si eres corto de miras, ¡¡cómo se nota que el negocio no es tuyo!!, y por último...¿que haces cuándo estas solo aquí?, ¡¡eres un vago!!, y ese día algo nuevo…, ella abre la boca sorprendida y lo mira con los ojos desencajados, él disfruta de ese gesto y de la sensación que le produce la ira enlatada en la que ella empieza a arder…
En un orden pensado incluyó tras las cuentas, unas letras propias…
¿La bruja sigue sin estar satisfecha? claro, no esperaba menos...
Le informo por este medio, dado que de otra manera no creo se enterara, que le he realizado un desfalco en gasto por humillación soportada, ha sido algo medido y retorcido, merecido pago por aguantar su avaricia todos estos años.
El que firma la presente se va, se pega el piro, se fuga… ¡¡Ahh!! olvidaba decirle que ya sabe que es mejor que calle…
Colgaba su abrigo en una percha, y planchaba las arrugas con su mano. Antes de sentarse observaba a su alrededor, era metódico y obsesivo, “tic” que había adquirido con la fuerza de los años y los extraños días llenos de horas silenciosas con la sola compañía de los números. Se acercaba a la caja fuerte, he introducía la contraseña para poder sacar los libros de cuentas, los debía repasar…hoy tenía visita; a la vez farfullaba, desaprobaba ese gesto mensual que le solía poner de mal humor, y no es para menos, durante días el olor que desprende ella permanecerá impregnado en los papeles, aunque consideraba peor la sensación de desorden mental que le provoca la misma. Una vez se sienta, abre su cajón y va poniendo sus útiles ordenadamente sobre la mesa cada cosa tiene su sitio, es al final de su rutina cuando observa en el fondo un sobre que hace que una sonrisa se le despegue de esas comisuras de los labios que siempre miran hacia abajo… lo abre y lee, siente una sensación de satisfacción que le inunda…
Suena el timbre se dirige hacia la puerta, al abrirla el chirrido quedó enmudecido. Ella entró como una pluma pesada arrasándolo todo, parecía que las víboras desayunadas tenían prisa por ser vomitadas, pensó él, que escuchaba el murmullo de fondo como abeja que resuena en su cabeza, molesta si, pero indefensa en la oscuridad de su cerebro. La observa y desea que la "mantis" que reside dentro de ella muera en un empacho envenenado de su propia prepotencia. Se preguntaba asimismo, si ella sabría lo que pensaba y se contestaba ¿para qué? es imposible, era invisible, eso sí, la bruja se encargaba de darle protagonismo en reproches infundados que él bebía en silencio como pócimas hirientes y que hacían crecer el ego de aquella bruja.
Una vez ella se sienta ante las cuentas, empieza a lanzar sapos y culebras incisivas en un rosario encadenado de quejas: que si caja “A”, que si caja “B”, que si no te enteras, que si eres corto de miras, ¡¡cómo se nota que el negocio no es tuyo!!, y por último...¿que haces cuándo estas solo aquí?, ¡¡eres un vago!!, y ese día algo nuevo…, ella abre la boca sorprendida y lo mira con los ojos desencajados, él disfruta de ese gesto y de la sensación que le produce la ira enlatada en la que ella empieza a arder…
En un orden pensado incluyó tras las cuentas, unas letras propias…
¿La bruja sigue sin estar satisfecha? claro, no esperaba menos...
Le informo por este medio, dado que de otra manera no creo se enterara, que le he realizado un desfalco en gasto por humillación soportada, ha sido algo medido y retorcido, merecido pago por aguantar su avaricia todos estos años.
El que firma la presente se va, se pega el piro, se fuga… ¡¡Ahh!! olvidaba decirle que ya sabe que es mejor que calle…
Los ojos encendidos de la “bruja” lo desafiaban, mientras, a él la sensación de regusto ante la venganza le satisfacía en exceso, cogió su abrigo abrió la puerta y salió, esta vez con una nueva sonrisa dibujada…
Matices
Matices
Brujas, sapos y culebras en un akelarre sin igual, en el Blog de Inma Brujis
Guau Matices, dulce venganza a esta bruja, bruja.
ResponderEliminarHoras de soledad entre números quietos, entre palabras hirientes, solo un paso y se torno visible. Me gustó.
Un abrazo entre cantos y ritos.
Me encontré a veces con brujas como esta. Venganza, no merecen otra cosa. Muchos besos y buenas noches mágicas.
ResponderEliminarjajajaj excelente descripción de esa nunca bien ponderada "bruja" que se encarga de amargarnos la existencia! jejeje....se ve que te salió del alma! =)
ResponderEliminarun abrazo.
siiiii dulce venganza y... vaya, vaya que hay varios tipos de brujas eeeee... creo que de todo se encuentra en este mundo no?
ResponderEliminarEsas son las peores, las otras comen sapos de verdad no culebras inventadas en el cerebro.
ResponderEliminarAhí se queda, números y cuentas infinitas, buen sortilegio.
Besito acompañado de pócima refrescante.
Oj, qué gusto, amiga. No se me ocurrió dejarle una notita así al pervertido de mi ex-jefecillo mediocre y holgazán.
ResponderEliminarBeso bien gordo.
El apodo de bruja no tiene un solo significado. Una bruja no siempre es malvada, aunque intuyo que la de tu relato más que bruja es explotadora y demoníaca.
ResponderEliminarTambién existen subordinados que les otorgan el poder de dejarse humillar.
Las venganzas serían innecesarias si la reveldia y la sinceridad la evitasen.
Tu relato está muy bien enlazado.
Un abrazo brujita
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ResponderEliminarSe puede ser bruja de muchas formas, la tuya me encantó, y sobre todo me hizo sonreir saber que el pobre protagonista pudo tener su revancha.
ResponderEliminarUn beso.
El sabroso regusto de la venganza. Estoy de acuerdo, hay brujas (y brujos) mucho mas insoportables y temibles que las que invocan sapos y culebras.
ResponderEliminarDeja buen sabor de boca.
Un abrazo
Faltaba, para cuadrar debidamente el balance de la empresa de esa bruja castradora, inventario detallado de agravios y la cuenta de resultados, merma en la caja B incluida como justa compensación, reflejada en esa salida airosa y justiciera. ¡¡¡Ahi te quedas con tu empresa bruja petarda!!!. Uff, que a gustito se tuvo que quedar el protagonista de tu historia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esta bruja no está contenta con nada, pobre hombre con lo trabajador y esa bruja lo tiene amargado, vaya compañía que le ha tocado.
ResponderEliminarUn beso
La venganza, un plato que se sirve frio, tal como describes en la persona del contable. La bruja porfin tuvo su peor Auto de Fé.
ResponderEliminarUn beso
Esta si que es una verdadera bruja, y que dulce resulta en este caso la venganza, verdadero placer de dioses. Muy buen relato, y descripción de toda una bruja. Besitos.
ResponderEliminarvamos primero con los hechos: el relato lo he leído a eso d elas 13 y pico horas...a continuación, me llamaron al skipe, ah, antes había puesto a música que ahora escucho, esta tan rara de tu relato...pero no por rara, digamos en términos de andar por casa, fea...hostias, me recuerda, y no sé muy bien el porqué a...espera que la busco...
ResponderEliminarla he buscado y te la he mandado vía mail...se trata de suber o como se escrib y su la muerte y la doncella, aunque ahora que la escucho...la verdad...aun así, me gusta..
bien, iba por los hechos...comí, me fui a por mi cafelito...
bien, mi propósito es ahora comentarte al recuerdo..
y el recuerdo me dice que sí, que está bien la venganza del escribano-secretario, sí...pero lo putas que se lo ha pasado, qué? compensa el robo? respuesta: SÍIIIIIIII..
otra cosa, es esa versión d ebruja: lagartona, pécora, mala persona...es sumamente curioso que ese calificativono esté para el macho, para ese macho que hace lo mismo que esta bruja tuya...ya ya sé que es debido a ese lenguaje machista que tenemos...
por otra parte, el tipo ese me da pena...cuando el objeto del abuso es él, este me da pena..no stoy diciendo que al revés no me ocurra lo mismo...pero cuando es el el objeto del abuso, joderse, es que uno se imagina a un tipo débil hast las cachas, del cual cualquiera, cualquiera cualquiera, y no estoy dicendo nada de la smujeres...le peude arruinar la vida. normalmente este tipo de seres no suelen poder tomarse venganza...y e suna pena...
tama ya...
si he superado el examen, me lo dice usted por mail...jajajaj, me refiero a acordarme del texto...
hasta así se puede jugar con la lectura de los jueves...
medio beso.
Pues nos traes una bruja de las de carne y hueso, de esas que hay tantas por ahí, circulando por un mundo que quieren moldear a su modo. Pero se encuentran con que su poder tiene límites y, como el caso, tienen que tragar el sapo hasta en su terreno, en su propia empresa.
ResponderEliminarMuy bueno. Besos.
una vez más la magia de tus palabras crean un relato
ResponderEliminartan cierto como que las brujas existen. Casi casi hay unanimidad en el veredicto: justa venganza
Música acorde con el relato. Acordes que se desparraman como esperamos que lo haga esa bruja cuando se entere...
ResponderEliminarAlgunas personas, no pueden ser màs brujas, con perdòn de las brujas, claro.
Abrazotes amiga Nieves.
todos tenemos algo de brujos no? la pócima de la venganza la conseguimos casi todos a la primera y sin mucho ensayo XP pero tengo que reconocer que las hay que se merecen dicha pócima y si me apuras algún que otro escobazo jajajaja.
ResponderEliminarA ver dos de besotes, una sonrisa orejuna, agita y ya! ; )
aaaaaiiisssss cuanta bruja calcada danza por ahi! No se yo si tendria valor para añadir esas letras de venganza sin cruzar los dedos por si se revuelve el conjuro.
ResponderEliminarMuaaaakksssss me encanta la musica que nos dejas.
¡¡Qué bien llevado tu relato!!¡¡qué triste vida la de Amancio!!Demasiado ha esperado Amancio para que esa tirana reciba su merecido. No sé cuantas brujas habrá en los aquelarres pero de estas hay muchas, a estas si las quemaba yo en la hoguera de la ambición y la prepotencia,¡¡demasiado tiempo en ese asqueroso lugar sin ventanas!! a sabiendas que hagas lo que hagas, te esfuerces lo que te esfuerces nunca será reconocido su trabajo ¡¡Demasiado a esperado el pobre Amancio.
ResponderEliminarMuy buen relato Matices, me ha encantado.Un besote preciosa.
Magnífico relato y magnífico desenlace.
ResponderEliminarDe brujas de andar por casa se trata. Brujas de mentiras que solo exteriorizan soberbia e hipocresía.
Se tragó su propia lengua, (en forma de contable) y se envenenó.
Feliz domingo Nieves.
Besos
¡Que fantastico giro le has dado Matices a esta convocatoria de brujas y hechizos de esta semana!!
ResponderEliminarMe ha encantado, que para ser bruja no hace falta andar en escoba ni usar bonete, ni pócima extrañas, basta con destilar veneno en las palabras y pestilencia en los reproches, ...y mejor desenlace, merecido para el empleado contable!
Besitos brujos
Parece difícil protegerse de la gente tóxica, sobre todo cuando no se puede prescindir de ella. Pero a pesar de todo creo imprescindible encontrar la forma de evitar que la toxicidad penetre dentro de nosotros, pues entonces sus efectos trascienden su presencia y nosotros mismos nos convertimos en tóxicos para los demás y para nosotros mismos. En este sentido, no recomiendo buscar consuelo en la venganza.
ResponderEliminarTu narración despierta sentimientos y emociones que invitan a pensar, además de esa entrañable satisfacción que siempre provoca pasear de tu mano.
Un saludo.
Seeeee, esa bruja ardió en la hoguera que más temía!!!, un antihéroe que le da un merecido muy merecido, me ha gustado el final sorprendente, inesperado que a todos nos ha arrancado un "muy bien hecho majete", que le den a la bruja!, jajaja, miles de besossssssssssssss
ResponderEliminarHay tantas en la vida real que son malisimas, mejor apartarnos rapidas de ellas.. ja ja
ResponderEliminarMe encanto tu relato.
Un beso