A la luz de una vela...
Cada año una tarta se llena de pequeñas velitas.. Los primeros a la luz de esas escasas velas deseas algo grande y maravilloso colgado de una ilusión, si se cumple o no, no lo recuerdas... Con el tiempo aquella tarta se hacía luz y tras el soplo suave siempre había alguna que se resistía luciendo orgullosa ante el resto ya carentes de destellos. Mas adelante empezaron a mezclarse en tamaños y colores, ¡son tantas!; algunas te acompañaban en edad y encenderlas era una tortura. En esa disparidad se encuentran aquellos deseos anhelados.
Y hay algo que el paso del tiempo no desbanca, y es la ilusión, sigue intacta... Puede que un año sin esperarlo alguien te castigue con dos enormes velas que simbolizan en grandes números tu edad y en ese instante te dices, algo está cambiando, ese año el solícito deseo tras soplar la llama se va al traste a la vez que te repites interiormente ¿tantos tengo?. Por algún sentimiento romántico tienen su sitio en la caja de velas para cumpleaños, relucen entre todas, como si el tiempo no pasara por ellas y esperaran esa segunda oportunidad.
Y pasan los años... llegan los pasteles imposibles, la pizza, el bizcocho del supermercado y un día una pequeña magdalena, en tu día especial da igual si hay tarta o no, siempre hay una excusa para hacer destellear la luz. Y descubres que no son los deseos, ni la vela, sino las personas que se acuerdan y te acompañan las que emiten esa luz, tal vez los deseos son más sencillos y se cumplen en el instante que alguien recuerda que ese día quiere acompañarte.
Y ya sabes, no olvides nunca la vela, eres parte de la luz de la ilusión de los que quieres...
Y ya sabes, no olvides nunca la vela, eres parte de la luz de la ilusión de los que quieres...
Matices
Más luces destelleantes en Brisa de Venus,
Cuánta verdad dices!.Con los años deseas únicamente estar rodeada de tus seres queridos, no son necesarias tartas ni regalos, simplemente soplar la vela y desear muchos años con ellos.
ResponderEliminarUn beso.
Hermoso texto!...claro que no son las velas ni la manera de homenajear a quienes queremos, lo importante es la luz del cariño con el que lo hacemos!
ResponderEliminar=)
wow!!!!!! maravilloso!!!!! maravillosamente bien escrito, me inclino ante tanta magnificencia, eres toda una contadora de cuentos, en verdad que leerte es todo un lujo, gracias por regalarnos este texto que me ha llenado de nostalgia y de sentimientos encontrados, me has devuelto miles de recuerdos sepultados y enterrados en el olvido, situaciones dignas de vivir y que por algún motivo siguen pasando, porque nunca se detendrán los años, seguirás envejeciendo, porque así se llama, cuando cambian las velitas por aquellas velas gigantes con el número de tus años, es cuando empiezas a envejecer y quieres detenerlos de alguna manera pero nadie puede, y te vas haciendo de la idea, porque al final lo que importa sólo son los seres que te acompañan en esa ocasión que no son muchos, son pocos, pero son los más sinceros y los más eternos.... gracias por darnos motivos para seguir creyendo eso....
ResponderEliminarQué bonito y qué razón tienes!
ResponderEliminarNo importan los años sino la intensidad de la luz que se lleva dentro y esa luz la mantenemos encendida siempre gracias a los seres que nos quieren y a los que queremos y eso es lo que de verdad importa.
Un beso!
Amiga, tanto dá si cifras o muchas velitas, la cuestión es estar al pie de la vida con ganas y que te quiten lo balilado y a pensar en el baile de mañana.
ResponderEliminarLlevas razón, no digo de santa, digo de mujer lúcida, creativa,
escritora intensa.
Besito como de aniversario pero del día a día.
Claro que sí, que bonitas esas velas de cumpleaños. Este año soplé mis dos velas grandes, 52. Mi tarta,mi marido, mis hijos, mis padres y hasta mi perro, allí todos juntos, y un deseo de seguir haciendo muchas cosas.
ResponderEliminarun abrazo
Lola
Entrañable, me recuerda a mi infancia. Y bueno, ahora también...pero a mis 46, o ponen un 4 y un 6 de esos flamígeros o 46 velitas. Yo prefiero lo segundo!!! Y los deseos, como cuando cae una estrella fugaz, vela efímera de la noche celeste: por supuesto que se piden.
ResponderEliminarUn beso
Con los años todo cambia y lo importante va ganando terreno. Lo ideal es que cuando soples esas velas lo hagas rodeada de todos los seres queridos. Bello Matices.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esas velas que encendemos y que esperamos nos ayuden a cumplir deseos, creo que nos hace seguir teniendo esperanzas, sin importar los años es una tradición que todos esperamos cumplir.
ResponderEliminarMuy linda reflexión, así la sentí.
Un besote.
Muy cierto esto que nos cuentas, con el tiempo aprendemos a ver también la luz de las personas cuando se acercan a nosotros, las luces que nos acompañan y las que se pierden en el camino.
ResponderEliminarMe ha gustado tu punto de vista muy bien contado.
Un abrazo.
No se si es tu mejor relato, si el más logrado, si el más destacado, pero te aseguro, que me sentí tan identificada con lo que dices, que nada supera el placer de concordar con un texto.
ResponderEliminarSeguiremos encendiendo velas en honor a la preciosa amistad. Y que nuestra vida se llene de años, aprendiendo todo lo que ella nos enseña de bueno y de mal, sin perder la alegría.
besos
Te confieso que hace tiempo que las velas no cabrían en mi tarta de cumpleaños y sin embargo, el cariño de aquellos que me rodean siempre tiene cabida en mi corazón por grande que sea. Es lo que importa, lo auténticamente esencial más allá de tartas, de regalos, de festejos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Me has emocionado Matices, pues es tan cierto lo que dices como desapercibido puede pasársenos este tipo de detalles. No debería ser así, pero llega cierta edad en que sin dudas, debemos ser más sabios y empezar a valorar la verdadera luz que nos ilumina: la de aquellos que siempre están a nuestro lado!
ResponderEliminarAsí es...
Besitos:
Gaby*
Que significativa es la luz de la vela que marca el paso del tiempo y ya no importa donde se ponga, sino quien ha acompañado, emocionado, aplaudido y cantado a nuestro lado. Y sobre todo con la ilusión y promesa de seguir estando.
ResponderEliminarEmotivo texto.
Un abrazo.
¡Qué bonito como lo describes! y la reflexión que haces al final.
ResponderEliminarEs muy bonito, especialmente esa frase final.
ResponderEliminarCoincido en las reflexiones.
Muchos besos.
TENEMOS UN COMPAÑERO CON EDAD, ¡Y VAYA QUE SI TIENE EDAD: 92, SI MAL NO RECUERDO! ES EL JOVEN EDUARDO, PAPÁ DE MÓNICA...
ResponderEliminarTENEMOS AL COMPAÑERO EDUARDO Y LO TENEMOS Y...¡¡¡JODERSE, QUE VOS TENÉIS UN PORRÓN DE AÑOS MENOS QUE EL JOVEN EDUARDO!!! ES NORMAL QUE EL JOVEN EDUARDO ESCRIBA EN ESTOS TÉRMINOS, PUES SI MAL NO RECUERDO, ASÍ LO HABÉIS EHCHO¡¡¡ ES NORMAL...PERO VOS, CON 23 AÑAZOS RECIÉN CUMPLIDITOS AÚN NO DEBIERA DE SABER QUE A CIERTA EDAD, POR EJEMPLO, MIS 50, JODERSE CON ESTA CIFRA POR CIERTO¡¡¡,AUN NO DEBIERA DE SABER QUE A CIERTA EDAD SE APRENDE QUE LO IMPORTANTE SÍ, QUE SÍ, QUE SON LAS VELAS DE LOS DEMÁS, QUE SON LOS DEMÁS....
AY, QUE JOVEN LA VEO¡¡¡
MEDIO BESO.
¿Qué sería un cumpleaños sin velas? No sería lo mismo; pero sobre todo como dices tú, lo mejor es estar acompañada en ese momento y que alguien se acuerde que has cumplido un año más, eso es lo más importante.
ResponderEliminarUn abrazo
Los años pasan por nuestra piel, pero debemos intentar que la ulusión no decaiga, porque es algo así como la esperanza, te necesaria para vivir. Me ha gustado tu luz.
ResponderEliminarBESICOS.
!!que nunca falten esas personas que te ayudan cada año a soplar las velas¡¡ aunque lleguen a ser muchas,siempre se soplan con ilusión .Un saludo
ResponderEliminarUn cumpleaños... El momento con todos los motivo para estar rodeado con los mejores amigos. Un lindo relato! Un saludo.
ResponderEliminarCon cada año cumplido la espalda se arquea y los huesos se resienten, pero soplar las velas rodeado de quienes quieres y te quieren suple con creces cualquier achaque inevitable.
ResponderEliminarDFelicioso lo que has escrito querida Matices.
Un abrazo