Cuando la noche cae siempre espero que llegues, vigilo y miro a mi alrededor pero nunca apareces. Luego, durante el día, siempre cansada por la vigilia pasada, te pienso y soy consciente de que no existes. Me enredo en mis pensamientos y noto como mis lágrimas ruedan por mis mejillas, elemento transparente, acuoso y cálido que no me deja de acompañar cuando te pienso.
Esta ha caído sobre "mi diario de viaje" y ha quedado plasmada en el papel, la he mirado fijamente, como si hubiera perdido una parte de mi para mostrarme la realidad, ya no volverás.
¿Donde estas?
Matices.