Allí, enterrada en el suelo, inmóvil… En aquel breve tiempo pasaron por su mente tantas cosas…, como si la tortura se eternizara. Sucia y malherida, el sabor a sangre en su boca le recuerda lo injusto de la vida. Intentó evadirse imaginando la sonrisa de la persona que amaba, la que le hizo entender que el amor iba más allá de un pacto, de la dote por la que entre vacas y cerdos fue utilizada como moneda de cambio. El círculo se cierra alrededor de ella, ahora yace linchada como animal rastrero sin existencia, no se la escuchó en aquel juicio de sentencia conocida. En este "ojo por ojo" había algo que decir; sin embargo a nadie interesó, quería defender la libertad de amar y de dejarse querer. Su único derecho: ser muda teniendo palabra.
Otro golpe obliga a encoger el gesto. Ya no duele…, su magullado cuerpo recibe los envites de las piedras como colchón desgastado, su pensamiento sigue vivo y solo ella sabe que no hay arrepentimiento. Intenta levantar la vista; sin luz, las sombras alargadas no se lo permiten, es cuando al grito de “adúltera” cae la última pedrada certera en su cabeza. Y un último “te quiero” susurrado se escapa de entre sus resecos labios.
MaticesOtro golpe obliga a encoger el gesto. Ya no duele…, su magullado cuerpo recibe los envites de las piedras como colchón desgastado, su pensamiento sigue vivo y solo ella sabe que no hay arrepentimiento. Intenta levantar la vista; sin luz, las sombras alargadas no se lo permiten, es cuando al grito de “adúltera” cae la última pedrada certera en su cabeza. Y un último “te quiero” susurrado se escapa de entre sus resecos labios.
Terminada la lapidación se ha hecho justicia, el dolido esposo queda así resarcido…
*El adulterio, considerado sobre todo como infidelidad por parte de la mujer (patriarcado), suele ser castigado con la pena de muerte (Babilonia: Código de Hammurabi, 129-132; Leyes Eshnunna, 28; Les Lois Assyriannes, 13-15). Es es un tema de actualidad basado en leyes ancestrales, por si a alguien le interesa os dejo algunos enlaces...
http://ecodiario.eleconomista.es/internacional/noticias/4232882/09/12/La-joven-de-23-anos-condenada-a-morir-lapidada-por-adulterio-en-Sudan-ha-sido-liberada.html
http://www.hrw.org/es/news/2012/05/31/sud-n-debe-prohibir-la-muerte-por-lapidaci-n
No voy a defender el engaño, aunque habría que preguntar a la mujer sus motivos, pero la muerte es demasiado castigo para algo como el adulterio. Una sociedad machista desde sus cimientos, anclada en el pasado y basándose en unas leyes tan injustas y unos castigos tan atroces que da miedo pensar que esto sigue ocurriendo.
ResponderEliminar¿Qué le habrían hecho al marido infiel?. Nada. Pues a mi me dan ganas de apedrearlo a él y a todos los que han lanzado las piedras.
Un beso.
Nieves, te felicito por haber hecho del tema de hoy un claro manifiesto contra la barbarie. El machismo resentido -no sólo de algunas sociedades retrógradas- sigue siendo hoy una lacra terrible que tenemos la obligación de erradicar entre todos. Gracias por levantar con justicia -y contundencia literaria- esta bandera de reivindicación.
ResponderEliminarUn abrazo.
Matices, no añado ni un matiz...
ResponderEliminaresto no es ficción ocurre cada día, punto.
C A B R E A D A y con ganas de ojo por ojo, pero no sirve de nada (no a vote pronto, servía cambiar muchas cosas), pero sirve de mucho tu relato, no hay que callarlo, un día puse el vídeo sobre el fusilamiento de la mujer por los talibanes ¿puedes creer que hubo quien mentó que era adúltera?
Dices Hammurabi, si, y digo Bíblia;Exodo 20-14, Levitico 20-10, Mateo 5-27, y digo...lo dejo.
Un besito amiga.
Perfecto relato. Nada gana el marido y todos pierden al lanzar la piedra.
ResponderEliminarAdemás de una vida no respetada.
Enhorabuena por tu relato.
ResponderEliminarEsa, no es la forma de hacer justicia y si alguien se siente ofendido lo siento pero estoy encontra totalmente de estos hechos.
Un beso y buen día
Es tan bestia ese castigo, que parece mentira que exista y que alguien lo lleve a cabo. Pobres mujeres.
ResponderEliminarUn abrazo
es un excelente relato, me ha gustado el enfoque que le has dado, desde un punto muy humano, desde el punto de la víctima de aquella ley que hasta en estos días es parte escencial de muchos países árabes, pero yo pregunto, si ellos nacen y crecen viendo como son lapidados a los adúlteros, por qué se animan a hacer eso? osea que aunque las leyes sean duras, los adúlteros siguen haciendo sus fechorías sin importarle que luego sean enterrados vivos y apedreados, la verdad es que eso es tonto, porque si yo sé que ser adultero es un crimen que se paga muy caro, pues no lo hago, soy fiel a mi pareja, por qué entonces arriesgarme? no le encuentro sentido por más que lo pienso, tan brutos son? o es que el pecado los vuelve brutos? yo en el fondo no les tendría pena ni lástima a esas mujeres apedreadas, hasta me está dando cólera y rabia de sólo pensarlo, que pudieron contenerse y evitar ser apedreadas, es que es tan rico ser infiel que no les importa nada? pues entonces por favor que las apedreen doblemente hasta que mueran, si eso no les basta, porque si fuera yo, lo evitaría a cualquier costo, si es suficiente con cerrar las piernas, o masturbarse con lo que se tenga a la mano que para eso no hay leyes malas, en verdad que no tienen justificación
ResponderEliminarMuchas veces ese adulterio era un encubrimiento de la violación de uno de los familiares y, generalmente, con el consentimiento del mismo marido... que es peor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lamentable episodio, que sabemos que no es pura ficción y otros arreglos que desconocemos. Hay tradiciones y reclamos que deberías caer en desuso. Saludos y me alegro que hayas incluido en tu aporte, la negación al arrepentimiento y ese te quiero, que era pura dignidad y juesticia.
ResponderEliminaryo, el calleja morán digo:
ResponderEliminarda lo mismo que el texto sea bueno o malo, da lo mismo que el texto sea perfecto o imperfecto...la cuestión no está en el texto, en las palabras, en cómo se han combinado, no está en el estilo, en su forma, la cuestión reside en el contenido. y este, demonios¡, duele como una pedrada en los cataplines, y en el alma...
medio ebso.
Sólo tengo que añadir, que la muerte no es un buen castigo para nadie, porque se trata de no hacer lo mismo que nos hicieron.
ResponderEliminarBESITOS.
no hay matices para esto. siempre es negro.
ResponderEliminarsaludos!
Es un relato directo, sin escala de dolor. Es el padecimiento de una mujer no avergonzada de sus actos, son los otros, los vengadores los únicos hipócritas y falsos. Ella tiene claro su honor y respeto. También me gustó mucho N.
ResponderEliminarun abrazo :)
Que fuerte, amiga, esta aberracion para tapar la infidelidad. Cuantas respuestas calladas a pedradas podria dar esa mujer a los Porqués de quienes la condenan.
ResponderEliminarUn beso
El horror toma forma de piedras y cada una reafirma que hay que seguir peleándole a la barbarie y la injusticia, porque esto que parece de otro mundo, se sigue repitiendo hoy. Que cosa tan espantosa, como una persona puede hacerle algo asi a otra? Hay cosas que no entran en la cabeza.
ResponderEliminarUn jueves fuerte para reflexionar
un beso
Una descripción demasiado certera de qué es y qué ha sido la mujer para muchos pueblos (Natàlia da ejemplos al final de su comment). De nuevo ofreces en tu relato aspectos de la realidad altamente preocupantes sino denigrantes.
ResponderEliminarMuy bueno
Un beso
Excelente relato Matices, sobrecogedor. El punto de vista de la víctima le añade un plus de sinceridad y dramatismo. En sociedades donde la voz de la mujer vale tan poco, cualquier acusación es ley por parte de quien se convierte en poderoso, aunque el delito sea fruto de una violación o de un despecho conyugal del tipo que sea. Ese tipo de leyes deberían de estar erradicadas hace muchos siglos.
ResponderEliminarUn abrazo
Horroroso y tan real, así pasa y hasta cuando seguiremos soportando estas leyes tan retrogradas.
ResponderEliminarExcelente relato.
Un abrazo.
Aplastante la frase con la que delimitas su indefensión: "Su único derecho, ser muda teniendo palabra". Definitivo para describir una barbarie que al igual que otras muchas, sueño con que un día desaparezcan.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y gracias por remover conciencias.
esa peste no ha desaparecido, sigue viva en lugares no tan lejanos. Cómo hacer entender que las mujeres no pertenecen más que a sí mismas?
ResponderEliminarUf, con que brevedad traes tanta brutalidad profundizando a su vez en el personaje.
ResponderEliminarEstupendo Matices.
Besos.
No hay matices es en texto que lo suavice, es directo, expones desde el sentir de una mujer que fue ofrecida como mercancia a quien no amaba, si el amor nace en ella ¿porque no vivirlo en libertad? Leyes injustas que caen sobre las mujeres, en este casó amó, pero en otros muchos son violadas por sus propios familiares y aún así son consideradas adulteras. Nada cambia en la historia.
ResponderEliminarAbrazo.
Estas cosas conviene recordarlas, comprenderlas y actuar en consecuencia. Relato duro desde el punto de vista humano. Besos
ResponderEliminarHay cosas que me cuesta entender, esta es una de las primeras, es increíble que en el año 2012, se sigan cometiendo estas atrocidades, y que personas salgan a la calle a lanzar piedras sobre mujeres indefensas, que no pueden ni hablar, ni siquiera mostrar su rostro, terrible, y más cuando ocurre en países que han retrocedido en un par de años, a siglos atrás.
ResponderEliminarCada vez que firmo una petición para evitar que lapiden a otra mujer, te juro que me parece que vivo en la edad de piedra.
Buen relato, sobretodo para pensar en la desgracia de estas pobres mujeres. Besitos.
Tu relato me deja un sabor amargo, porque esto pasa, y no se puede creer que sea verdad. Que haya tanta perversión como para poder observar semejante acto contra una mujer.
ResponderEliminarNo entiendo ni acepto esas leyes, todos tenemos derecho a elegir a quien amar, a vivir con libertad de elección. Un castigo que duele.
Un abrazo.
Un relato descarnado. Una pancarta que enarbolar y una forma de decir y reivindicar para aplaudir.
ResponderEliminarTe aplaudo, Nieves, lo hiciste muy pero muy bien!
Besos
Muy buena la nueva portada (la anterior me encantaba, esta también).
ResponderEliminarbesos
Una venganza salvaje que hoy todavía está en vigor en algunos países. Imagino cuántos hombres morirían lapidados si la infidelidad de los "machos" se castigar igual.
ResponderEliminarUn beso
Llegué por fin! Siento el retraso, pero ya te había leido ...
ResponderEliminarqué salvajadas! increible que esto siga ocurriendo...
Muy bueno,guapa!
Gracias por acudir a la cita juevera.
Un besazo
Los engaños se tornaron de muy mala gana una moneda corriente hoy en dia
ResponderEliminar....
Buen relato!
Un beso
Si cada golpe de piedra doliera en aquel que la lanza, si cada ira se volviera amor en el retroceso, si cada ley se volviera carne y huesos con cada condena, con cada gota de sangre derramada o con cada vida sesgada, si... fuéramos más "humanos" que los humanos animales que somos; podríamos, quizás podríamos, sentirnos y volver a ser dioses.
ResponderEliminarUn abrazo
ibso
Yo tambien te aplaudo Matices! con tan pocas palabras nos traes un relato conmovedor, dramático porque hay poco de ficción en ello lamentablemente. Tienes el tino de despertar conciencias con tus palabras sentidas.
ResponderEliminarTe mando un abrazo
Triste destino del amor, triste poesía lapidada tras los muros de la ignorancia. Y el mundo sigue en su rutina, nada parece roto, nada parece nuevo.
ResponderEliminarHasta donde alcanza mi porción de animal, ni ellos hacen estas bestialidades, solo la mente enfermiza del ser humano censura el amor libre, pone cotos a las mentes, suprime el derecho a "ser" , por encima de toda religión, porque no lo dudes, esas son las lacras de los dioses, la magnitud de sus obras de miedo, el regimiento, siempre en pie de guerra,que se otorga el derecho a quitar una vida, la misma que dicen es obra de los dioses.
un abrazo Nieves y feliz regreso.
Es que no puede dejar indiferente; no cabe en cabeza humana entender que esto sigue ocurriendo en en siglo XXI. Bueno, parece que sí que cabe para aquellos que lo permiten, lo incluyen en sus leyes y los que lo ejecuntan y aprueban. Mentes enfermas, porque no se me ocurre otra explicación.
ResponderEliminarUn abrazo,
Ramón